Cáncer. Vivencias en el hospital.

Estos días esta enfermedad está en la palestra, a raíz del diagnóstico realizado a la Sra. Aguirre. Lo cierto es que ha hablado de ello con naturalidad, creo que eso nos ayuda mucho a todos: pacientes, médicos y sociedad entera. El cáncer es solamente una enfermedad, aunque hemos aprendido a temerla: la gente de mi edad creció pensando que un diagnóstico de cáncer era una condena a muerte, afortunadamente ahora no es así (al menos en el primer mundo). Muchos se diagnostican a tiempo y se curan por completo. Además nada tienen que ver unos cánceres con otros, de forma que son entidades totalmente diferentes la leucemia y el cáncer de páncreas, con manejo y pronósticos asimismo diferentes.

Cáncer: así denominaron los médicos antiguos a los tumores internos, que crecían y se ramificaban en los órganos y al corte de los mismos se parecían a un cangrejo (de ahí el nombre). Llamaron “la enfermedad blanca” a lo que hoy conocemos como leucemias y linfomas (los tumores de los órganos donde se produce y procesan los componentes de la sangre) por el color que conferían a los ganglios que presentaban los pacientes. ¿Por qué nos suena tan mal esa palabra? Tal vez porque tiene connotaciones siniestras, de sufrimiento y muerte, que asociamos a cirugías desfigurativas, quimioterapias mal toleradas y radioterapia en oscuros sótanos de hospital. Sin embargo, hoy la quimioterapia se tolera infinitamente mejor, los servicios de radioterapia no se parecen en nada a los antiguos y son muchos más precisos y la cirugía ha avanzado mucho, así como el manejo del dolor posquirúrgico.

Tal vez sea porque peleamos contra nuestro propio organismo, al fin y al cabo el cáncer se origina de nuestras propias células multiplicándose sin control. Es diferente el caso de las infecciones: un microbio viene de fuera y lo combatimos con antimicrobianos. He observado que los médicos peleamos a brazo partido contra las infecciones con nuestros antibióticos, tal vez porque las infecciones son casi lo único que curamos de verdad: aparte del cáncer, en casi todo el resto de enfermedades que llamamos “degenerativas” (desgaste de huesos, articulaciones, el colesterol en las arterias, la hipertensión y la diabetes) solamente aliviamos y ayudamos a sobrellevarlas, pero no las hacemos desaparecer, más bien hay que acostumbrarse a convivir con ellas. Algo parecido está ocurriendo hoy con muchos tipos de cáncer: se convive con ellos durante años, incluso en algunos casos la persona no muere por su efecto sino por otra enfermedad.

Estas son algunas reflexiones al hilo de las noticias que aparecen estos días. En otro orden de cosas, les contaré que me admiro día a día ante la paciencia de muchos de mis pacientes, que pasan semanas y meses intentando rehabilitarse o esperando que sanen las úlceras producidas por la inmovilidad. Con toda sinceridad los admiro y me pregunto si yo sería capaz de mostrar su paciencia. También me admira ver cómo los familiares (que permanecen a su lado durante toda su estancia) se apoyan y tejen entre ellos redes de solidaridad y ayuda. Sin ellas sería difícil sobrevivir en el hospital o todo sería aún más costoso.

Ahora que ya llevo más tiempo voy asistiendo a pacientes que acuden a revisarse, algunos con lesiones medulares de más de treinta años de evolución, en ciertos casos con dependencia de ventilación mecánica (en los niveles altos de lesión los músculos respiratorios no funcionan y se necesita un dispositivo externo para mantener la vida). Muchos desarrollan vidas productivas, aunque adaptadas a su situación: estudian carreras, trabajan, mantienen el humor, conviven y animan a otros. Les aseguro que es una profunda experiencia, en la que me apoyo siempre que encaro mis propias dificultades y problemas. Me pregunto si yo tendría el coraje que demuestran tantas personas, tanto pacientes como sus familiares, que cuidan abnegadamente a sus seres queridos durante décadas. Con toda sinceridad también les digo que en estos meses he conocido muchas personas dignas de admiración, infinitamente más que cualquier deportista o sabio. No puedo evitar recordar el texto evangélico: “Gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.” (Lc 10, 21). No les quepa duda de que en un hospital el Evangelio es palabra viva.

Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos.

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)