Kitovu Hospital, Masaka (Uganda)
Ese es mi destino de este año: un hospital misional a unos 140kms al suroeste de Kampala, la capital de Uganda. Comenzó como una pequeña posta sanitaria en el año 1955, al cuidado de las sisters of Mary, misioneras médicas irlandesas, hasta el día de hoy, convertido en un hospital de doscientas camas con servicios médicos y quirúrgicos. En el 2001 se hicieron cargo las sisters Daughters of Mary (Bannabiikira en lengua local), religiosas nativas.
Allí espero estar todo el mes de septiembre, siempre que el virus Ébola lo permita: este es un virus que produce una fiebre hemorrágica y para el que no se tiene vacuna ni tratamiento; hay un brote en el país, lo cual ocurre de forma intermitente; por ahora parece que está localizado en otra zona más al norte. Sin ser temerario pero no es cosa que me preocupe mucho: como médico he atendido a centenares, tal vez miles de pacientes infecciosos, es parte de mi oficio y mi vocación y siempre he intentando observar las medidas preventivas adecuadas.
Afronto este viaje, tal como en los últimos veranos, con ilusión e incertidumbre: voy a un lugar muy diferente de lo que conozco, otro país, otra cultura, otra lengua … Mis experiencias en el trópico siempre han sido razonablemente positivas, pero uno nunca sabe lo que encontrará y si la visita será venturosa. Mi primer objetivo es no molestar y, en la medida de lo posible y consciente del poco tiempo que suponen cuatro semanas, aportar lo que pueda en el terreno médico, el que yo conozco. Espero poder compartir mis impresiones en este blog, aunque el año pasado apenas fue posible al no disponer de Internet durante la mayor parte del tiempo.
Respecto al país, es inevitable pensar en Uganda y asociarlo a turbulencias políticas y guerra, así como a aquel hombre que fue Idi Amin Dada, un cruel dictador que gobernó durante lustros y bañó Uganda de sangre. Desde su caída a finales de la década de los 70 parece haber existido una mayor estabilidad y el país ha mejorado en algunos indicadores. Debe ser un país muy bello, con colinas y bosques tropicales en los que sobreviven abundantes primates, especialmente gorilas: en la zona de los volcanes Virunga, más al suroeste y ya en Rwanda, vivió y murió Dian Fossey, aquella mujer que sacrificó su vida en defensa de aquellos primates que inicialmente había ido sólo a estudiar.
Con toda sinceridad, tengo muchas ganas de alejarme y contemplar nuestro país con otra perspectiva: este ha sido un año difícil y 2013 no parece vaya a ser mucho mejor. Muchas veces observar la realidad desde la distancia ayuda mucho a sobrellevar los sinsabores de la existencia cotidiana. Siempre he encontrado en África unos países vibrantes aun en medio de enormes dificultades y he sido consciente de lo mucho que nosotros teníamos: eso me ha hecho relativizar problemas propios y sociales de aquí y con ello he intentado ser luego más útil a mis pacientes.
Espero pues poder compartir experiencias de mi viaje.
Recen por los enfermos y por quienes los cuidamos.
Es verdad lo que dices, que tomar distancia de las cosas ayuda. Seguro que la experiencia te es sumamente productiva. Espero que vuelvas sano y con las pilas bien cargadas para el año que se avecina, que no parece muy bueno.