“Donde no hay doctor”

Me encontré con “Donde no hay doctor” en Honduras, en 1986, y se convirtió en mi compañero inseparable de viaje, a veces incluso en libro de mesilla. David Werner, su autor, lo escribió en 1973, originalmente para los campesinos de la Sierra Madre Occidental de México, donde ayudó en la formación de un sistema de salud a cargo de los mismos campesinos. Su mismo subtítulo “Una guía para los campesinos que viven lejos de los centros médicos” explica su finalidad, pero ésta es más amplia: aun donde hay doctores le conviene a la gente tomar más responsabilidad en el cuidado de su propia salud. A la gente, pues, va dirigido, sobre todo a quienes se van a responsabilizar más del cuidado de la salud en las comunidades que viven lejos de los centros médicos, pero en realidad a todo el mundo. Se ha traducido a más de cincuenta idiomas y es usado por trabajadores de la salud en más de cien países.

Es uno de los libros que más me han influido en mi vida, tanto personal como profesional: al tiempo de descubrir el libro redescubrí mi vocación médica y mi deseo de abandonar la “via ad Deum” que recorría en aquel momento, como estudiante jesuita. Me influyó mucho en la forma de acercarme al campesinado rural y comprender que los conocimientos médicos debían compartirse y en qué consistía el cuidado de la salud y la promoción de la salud. Como todo libro, nació en un contexto, la Centroamérica de las décadas de los setenta y ochenta, que tanto nos influyó a algunos. Significaba un viraje en cómo se miraba la salud de las comunidades y su mejora, desde dentro mismo y con los destinatarios involucrados en el proceso. Nada que ver cómo se habían hecho (y se hacen) muchas veces las cosas, con buena voluntad pero de forma paternalista y vertical, tan poco útil a medio y largo plazo.

Este libro cree en la gente para la que va escrito y quiere a esa gente. Destila comprensión, cariño e incluso ternura por las personas que van a leerlo. Las comprende y no sólo quiere ayudarles a que su salud y la de sus comunidades sea mejor, también quiere que ellos mismos sean mejores. Es un libro sumamente ameno sobre enfermedades y qué hacer para prevenirlas y curarlas, cuajado de sentido común y sabios consejos sobre remedios caseros, la utilización de los recursos de cada región, las buenas y malas medicinas … pero sobre todo lleno de respeto y deseos de que la gente se haga responsable de su propia salud. Está lleno de sencillos y bonitos dibujos ilustrativos y con su lectura –que debería ser obligatoria para todo estudiante de las ciencias biomédicas y de bachillerato- estoy seguro de que se aprendería muchísimo más que con gruesos libros de texto, incluso de medicina.

Los objetivos del libro –la mejora de la salud desde la comunidad  protagonizada por la gente misma- se lograron en muchos momentos en esa época histórica y en ese momento histórico, pero mucha gente pagó un precio muy alto: los así llamados “Agentes Primarios de Salud” o APS –en muchos casos las mismas personas que eran Agentes de Pastoral en sus comunidades- perdieron su vida por intentar mejorar la realidad que vivían. El mismo David Werner hizo enemigos: primero fueron los terratenientes locales y la policía del estado. Fue arrestado con cargos falsos sobre tráfico de drogas. Incluso el zar local de los cárteles de la droga le conminó a abandonar México, cosa que él se negó a hacer. Sin embargo, sus problemas no se limitaron a los caciques: a principios de los noventa, algunos miembros de la Fundación que él había ayudado a fundar en 1975 (Hesperian Foundation, que entonces publicaba el libro), y de la que era director, en un tiempo de problemas internos, le acusaron de abusos sexuales: la acusación se probó sin fundamento alguno pero David Werner tuvo que abandonar la Fundación. Sin embargo, su obra sigue vigente y siendo de gran ayuda para todo aquel que quiere ser de utilidad a otros en el campo de la salud, sobre todo en el tercer mundo.

Hace mucho tiempo que quería escribir sobre un libro tan importante para mí –y para otros muchos-, he aprovechado estos días que en la prensa, con motivo de la feria del libro, tanto se habla de ellos. La edición que compré en Centroamérica me desapareció gracias a algún espabilado a quien la presté, de modo que ahora tengo una de 1995, editada por Pax México. Les recomiendo encarecidamente que se hagan con un ejemplar y lo lean, aprenderán mucho de medicina y posiblemente sobre ustedes mismos. También que visiten las dos páginas web donde David Werner hoy escribe. La primera www.healthwrights.org, pertenece a la asociación que preside, la segunda www.politicsofhealth.org, responde al hecho de que es necesaria una migración desde la acción curativa a la preventiva y de ésta a la política si de veras quiere mejorarse la salud de una comunidad. Ambas pueden consultarse en español.

 

Recen por los enfermos y por quienes los cuidamos.

3 Responses to ““Donde no hay doctor””

  1. ¡Un gustazo dar contigo Angel!
    Llego a ti, vía Cristina, médica como vos y otra persona inquieta por el ser humano, como proponía el buen Gregorio Marañón.
    Compartimos inquietudes varias, entre otras el libro de David Werner, disponible aquí. Ese libro se lo regalé hace mas de 20 años, e intuí que su contenido era sanador. Vivimos en la Patagonia, y bregamos por construir una sociedad mejor. No es sencillo, pero es encantador dar con lecturas como la vuestra. Hasta sanador quizá.

  2. Aporto este otro hipervínculo, donde se puede acceder al “libro sanador” en formato PDF.

  3. Hola!!!
    David Werner estará en Argentina el 10 al 12 de abril de 2014 en Mar del Plata, en el marco de un congreso de medicina general provincial

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