Desde Masaka (Uganda)
Les escribo, como hice el anyo pasado, desde esta ciudad ugandesa, cerca del Kitovu Hospital, donde llegue hace unos dias.
He encontrado el hospital con una cantidad razonable de trabajo y la gente preocupada porque las lluvias no llegan, lo cual puede significar el hambre a fin de anyo. Los precios de los alimentos se han duplicado en los ultimos meses, de modo que la situacion no es muy halaguenya (perdonen la puntuacion pero desde un ordenador de aqui es dificil algo mejor).
A mi llegada hubo algunas cosas que me sorprendieron con respecto al anyo pasado: por ejemplo el polvo, por esa ausencia de lluvias que menciono todo esta polvoriento y seco. Dicen que con el cambio climatico las estaciones se retrasan y solapan, con todos los problemas agricolas que eso conlleva. Tambien me llamo la atencion ver en el aeropuerto numerosos aviones y autos de naciones unidas, segun parece estan aqui por los conflictos del vecino Congo (DRC). Tambien habia algunos casos azules.
La carretera que lleva de Kampala a Masaka sigue en obras, aunque cuando acaben quedara bien. Tanto trafico como recuerdo, con el caos al atravesar Kampala.
En el hospital ha cambiado bastante el personal, un par de buenos medicos con los que trabaje han marchado, captados por los mejores sueldos de las ONGs que se dedican al SIDA. Eso es bueno para ellos, posiblemente malo para la poblacion general a la que atendian. Algo parecido ha pasado con algunas enfermeras.
El SIDA (eufemisticamente llamado aqui ISS o inmmune supression syndrome en siglas inglesas) sigue resultando devastador: en mis pocos dias aqui he atendido como diez casos de gente de menos de 40 anyos con enfermedades graves derivadas del SIDA. Aun cuando no es afortunadamente tan terrible como al inicio, no cabe duda de que todavia marca comunidades enteras y grupos etarios. Igual ocurre con la tuberculosis, con el problema de que el gobierno ya no se encarga de seguir a los contactos, que quedan en tierra de nadie.
Sin embargo los ninyos me siguen saludando alegres y la gente sigue siendo amable, en un ambiente muchas veces vibrante. Tiene uno la impresion de que el Evangelio se entiende mejor aqui, mas que nada porque se comprende mejor que significa la esperanza cristiana y otros conceptos como la resignacion y la paciencia.
Recen por los enfermos y por quienes los cuidamos.
Sigo admirando tu dedicación y actividad.
Te mando mis saludos y mi recuerdo.
Ya que todos no podemos vivir una experiencia como la tuya, espero que nos la vuelvas a comentar en formato Sesión Clínica.
¡Cuídate mucho y presérvate de las enfermedades y epidemias!. Un abrazo, MºÁngeles