Confesiones de un médico

Mi estancia de este anyo en Uganda toca a su fin. Todo el mundo ha sido muy amable y me han agradecido mi trabajo en los diversos actos publicos de esta pequenya sociedad que es el Kitovu Hospital: la eucaristia, la sesion hospitalaria. Lo cierto que acabo contento y con ganas de repetir. Es dificil no desearlo cuando se ve una situacion de necesidad y la gente es agradecida.

Por lo demas los dias se han pasado con la rutina habitual: el trabajo en el pabellon, comida, paseos a la ciudad para intentar conexion a internet y alguna compra, alguna visita a casas de amigos … Esta es una manera de conocer Africa, hay otras, pero es la que yo he escogido. Es indudable que se esta en contacto con la gente comun y se perciben sus necesidades, pero tambien sus logros y virtudes. Seria un error fijarse solo en el sufrimiento o las dificultades de este pais -o de este continente- sin notar valores profundos, como la solidaridad, la capacidad de encajar el sufrimiento y la posibilidad de superacion. Otro dia, ya a mi vuelta, abundare mas en estos conceptos. Soy consciente de que por mi profesion puedo focalizarme demasiado en el sufrimiento que detecto -y es indudable que existe y es mucho- y olvidar otros muchos aspectos tan hermosos y ricos de este pais.

Contar tambien que el fin de semana pasado estuve en la capital, Kampala, tal vez la ciudad de lo que conocemos como tercer mundo mas dura que yo haya visitado. La contaminacion, el trafico desbocado de turismos, furgonetas (los taxis de aqui, conocidos como matatus en el resto de Africa del Este), y sobre todo las motocicletas, los famosos bodaboda. Caminar por Kampala tiene mucho de odisea, imagino que uno se acostumbra, pero no me gustaria vivir ahi. Visite un Mercado (Owino market) con una antigua enfermera del hospital que ahora esta estudiando en la capital, y fue toda una experiencia. Tambien calejee bastante solo y vi zonas de la ciudad realmente bonitas (la ciudad de las siete colinas, la llamaban), pero lo cierto es que me alegre de abandonarla y volver a la traquilidad de la zona rural en la que vivo.

No les cuento nada mas por ahora. Imagino que mi proxima comunicacion sera ya desde Espanya. Recen por los enfermos y por quienes los cuidamos.

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