Aunque con retraso, Feliz Navidad
Disculpen por no haberles felicitado la Navidad en su momento, cosa que, con mejor o peor humor, había hecho todos los años precedentes. Me encontraba enfermo y sin ánimos. Unos días antes, un compañero se contagió de Covid-19, un poco después me encontré mal, afortunadamente ha sido una simple amigdalitis y se ha podido curar con amoxicilina y paracetamol. Por desgracia, él no ha tenido tanta suerte y está ingresado en las mismas habitaciones en las que ha atendido a innumerables enfermos. En el contexto actual, en los hospitales y en las calles seguimos esquivando la enfermedad, esperando la tan ansiada vacunación, sobre la que espero escribir otro día.
Mientras tanto, convivimos día a día con dos ingredientes de este año aciago: la incertidumbre y el miedo. Quizás algo atemperados con respecto a los meses más duros de la pandemia, pero siguen estando ahí, porque, a pesar de las precauciones, “al que le toca, le toca”, y sigue siendo una infección potencialmente devastadora.
Por más que lo intentemos vivir de la forma más cristiana posible, son unas Navidades tristes, con las personas queridas en la lejanía, sin poder desplazarse, sin poder abrazarnos, ocultos tras las mascarillas. Echando de menos a personas que ya no volverán, llorando a los ausentes.
Me repito que Jesús viene en las circunstancias que nos toca vivir, pero eso no elimina la desdicha; las perspectivas y las realidades económicas y sociales ruinosas no ayudan precisamente. Es Navidad, pero la fe sigue poniéndose a prueba. Me repito que el miedo es uno de los enemigos de la fe, intento vencerlo y convivir con él lo mejor posible: miedo a enfermar, a que lo haga una persona querida, a la quiebra de las empresas, al desempleo de los familiares, a otras cosas que no menciono, cada quien podrá escribir las suyas.
A pesar de todo, aunque sea con retraso, les deseo Feliz Navidad.
FELIZ NAVIDAD!!!!!
Me alegro muchísimo que ya estés restablecido.
Hablas del miedo, es cierto, todos lo sentimos, pero más que por uno mismo por todos nuestros seres queridos que nos rodean.
Tu experiencia con el contagio te habrá acercado un poco más a todos tus pacientes.
Gracias por tu blog y procura no perder el contacto con tus lectores.
Cuando me llegue tu libro, que tengo encargado y lo lea, ya te daré mi pequeña opinión.
Ánimo y seguimos adelante confiando en el Señor.