La televisión, qué gran mentira
Pongo la tele y me encuentro: un abogado con antecedentes, un médico mujeriego, un cantante trepa, un futbolista con novia, un periodista calvo, un sociólogo con gafas, la muchacha de las bragas de oro, una que olvidó las bragas, un cocinero con labia, el hijo de un arquitecto, un pijo que entiende en cosas de etiqueta, un madero moralista, el rockero pillo que dejó el escenario para graduarse en tertuliano de izquierdas, una bailarina de derechas y piernas inabarcables, un italiano airado, una italiana impúdica, un ex torero que coleccionaba prendas menores, una venezolana que posó en “Interviú”, un gay con el pelo a colores, un maricón con buena pluma, un catalán que se fue a Marte, una chica de plástico que se licenció en biológicas, un ladrón que hizo un máster, un tonto de baba con nombre compuesto, siete marujas y un levantador de donuts… todos ellos están en nómina o son temporeros de varias cadenas de mucha chicha y poca enjundia.
(¡Ah, caramba, qué bonito esbozo para un ensayo demagógico y bienpensante sobre la tele! Otro día hablamos del asunto en serio).
Bien tirado, Tirado. Si me permites, te hago una sugerencia para tu ensayo.
Sitúa el foco en los millones de telespectadores que ven la llamada telebasura. ¿De qué manera se podría conseguir que esa audiencia se reduzca a la mínima expresión?
Sería la única forma de hacer desaparecer de la escena la galería de personajes de tu escrito.
(2ªparte) …Y tal elenco coronado, apicarado, lubricado, acibarado, trabado, aplaudido, indignificado, escupido, enaltecido, bien pagado… por la conspicua, viral, priápica, protéica, vinolenta, salerosa e inefable casta periodística (?).
pues sí, claro que todos esos personajes y otros de peor catadura intervinienen en esos programas lelebasura. pero, que quereis que os diga si no” cantan” demasiado y te lo tomas como el espectáculo que son ,resultan hasta entretenidos. por lo menos te desintoxican de tanta politica y miserias como hay en el mundo.Vamos que no estoy a favor pero tampoco creo que ofendan demasiado. ‘ hay que saber o imaginarse un poco, la trama en el que se desenvuelven.. la tele tiene otras lecturas por supuesto, pero eso lo dejo para tu ensayo.
La mejor televisión es la que uno se programa y gracias a internet es fácil sortear la basura. Mi admirado Enric González escribía en EL PAÍS que sólo los informativos se salvan de la dictadura de la audiencia. Se equivoca. ¡Ah, la audiencia!, sin ella las televisiones no tendrían sentido pero su búsqueda a toda costa ha convertido los informativos en programas de entretenimiento y a la anécdota en la reina de este baile de máscaras.
Pongo las noticias y me encuentro: un diputado que no esta en el hemiciclo, un legislador que legisla por legislar, no por que sea necesario. Un político que no se entera, de lo que vendrá, ni de lo que hay, ni de lo que fue. Un parado que acaba el paro, un estafador piramidal, una fabrica que se cierra. Una bailarina que se enrollo con el político, con el torero o con el chico de moda, ¿realmente es tan malo? Por favor visto lo visto quiero reírme y sumarme a las mareas de Maruj@s poniendo la tele en cadenas de mucha chicha y poca enjundia.
(¡Ah, caramba, qué bonito esbozo para un ensayo demagógico y bienpensante sobre la tele! Otro día hablamos del asunto en serio).
Pues a mi se me antoja, que como lo vea Cafe Quijano nos monta la Taberna de la tele.
Ah, magno lector, lo de sin reflejo en el espejo lo dirás tú, que yo como Alicia que soy he pasado al otro lado del azogue, donde se fabrican los sueños y las pesadillas y he intuido que tienes razón, qué leche, o sea que caramba carambita carambola, que la bailarina es una estrecha, pese a sus inabarcables muslos y que Café Quijano es la mejor de las opciones posibles. Un cortadito para mí.
A mi lo que me preocupa es que eso tiene audiencia, soy joven pero por lo poco que recuerdo añoro programas como LA CLAVE. Ahora cualquier memo puede ser una estrella televisiva, con la condición de que sea más mediocre, hortera, inculto, y malhablado que la anterior. En fin que lo dejo, que cuando me entristesco me da por comer, y a eso voy, con la tele desconecada y el portatil a todo gas.