El oro de Florentino

images.jpegEl madridismo, vapuleado y humillado, espera el regreso de Florentino Pérez, como quien anhela el advenimiento de un Mesías. Vuelve en su versión de presidente total, con la cartera alegre, la sonrisa partida y el alma cursi de madrileño castizo. Tiene fama justa de conseguidor y de logrero viejo que conoce el paño y el césped de Chamartín. Le falta ganar las elecciones, pero todo el mundo descuenta ese trámite y sus forofos del periodismo deportivo madrileño, con los que sabe ser generoso, reparten portadas y columnas y se preparan para pasearlo bajo palio blanco. Que hayan tenido que pasar tres años para volver al mismo punto florentino prueba la crisis en que Pérez dejó instalado al Real Madrid, aquel ente galáctico, suma de zidanes y pavones, en el que Butragueño hablaba de su jefe como de un ser superior y Valdano buscaba entrenadores Armani. Ha sido confirmarse la vuelta del hombre providencial y ponerse en guardia el patio futbolero, donde saben como se las gasta este presidente que caza estrellas y levanta torres con sospechosa facilidad y licencia municipal si viene al caso. Si yo fuera madridista seguramente estaría feliz, pues a alguna esperanza tiene que acogerse quien como los blancos no conocen otra religión que la victoria, en tanto contemplan desolados el fútbol sinfónico del imparable Barcelona. Los madridistas, aunque algunos lo nieguen de boca para afuera, saben que al club no le queda otra salida que entregarse nuevamente en manos de Florentino Pérez. Él fue quien creó la última y triunfante versión merengue y, destronados martínez, calderones y boludas tenía que venir a rematar su obra. Es obvio que sembrará de cadáveres las filas de los grandes de Europa, porque en plena crisis llega con los bolsillos llenos de oro. Ninguna figura le preguntará de dónde lo saca y no habrá que esperar mucho para ver en el Bernabéu a Kakás y Cristianos sin fronteras. Pero está por ver si esa maquinaria portentosa de propaganda y dinero oscuro significa el retorno de las glorias blancas o la constatación de que segundas partes nunca fueron buenas. El destino no está escrito ni siquiera en las estrellas.

5 Responses to “El oro de Florentino”

  1. Soy madridista, de boca para afuera y para adentro, y no me gusta Florentino. No lo quiero para el Madrid. Debería haber más salidas. No pasa nada por gastar dos o tres años en “hacer” un club digno de su pasado. Y no pasa nada porque la distancia sobre sus seguidores se mide en lustros.
    No deberías, querido Tirado, camuflar tanto tu odio hacia el Madrid. Y menos, camuflarlo como un recurso literario.
    En el madridismo, como en los otros equipos, hay de todo. Y somos muchos, los que queremos que gane el Atleti. De boca para afuera. Y para adentro.
    Odiar perjudica gravemente a la salud.

  2. Hola, Juan Antonio (y Seitaridis) creo que te gustará leer y ver la viñeta de Javi y Ángel,

    http://www.lasextanoticias.com/detalle_blog/jardin/todos-0/todos-0/1931/1

    Un abrazo

  3. Pero, amos a ver, Seitaridis, ¿ahora te has ido al Madrid? Pues verás que te digo, yo no soy de casi ná, muy descafeinao, por decirlo. Si acaso un poco del Barça, pero tampoco gran cosa, no creas. Ahora bien, en orden a anti soy un antimadridista campeón, a tiempo completo, sin posible pacto. Llámalo odio, yo lo llamo sentido de autodefensa. El madridismo es una invasión, y el anti la lógica vacuna. Eso que se escucha en cualquier campo de “así, así gana el Madrid” puede ser muchas veces un símbolo de impotencia, pero otras resulta un grito de rabia y rebeldía contra el poder implacable y antipático. Muera el Madrid y Seitaridis traidor (¿o eres otro Seitaridis?).

  4. Ruperto, me pareces un tío inteligente y formado. Por eso me extraña ese tic provinciano que denota tu afirmación de que eres “un poco del Barça”.
    Por lo demás nada que objetar. Cada uno es dueño de sus odios, y de su necesidad de autodefenderse.
    No sé a qué “otro” Seitaridis te refieres. No creo que tu te llames Ruperto, ni que tengas nada que ver con la calabaza Ruperta.
    Pero me ha gustado tu escrito. Destila ironía. Y gracia.

  5. Con la Ruperta, no, con Ruperto Chapí sí tengo algo, lejano, que ver, pero ésa es otra gaita. Vaya que yo supongo que si te haces llamar Seitaridis será por algo, porque lo adores o lo odies, ambas cosas son raras, pero me inclino a pensar que tengas alguna extraña querencia por Seitaridis. Y si es así, ¿a qué viene tu madridismo? O me engañas por un lado o por el otro. Y más que provinciano, mi tic es paleto, amos que soy muy de pueblo. Y eso sí, un poco del Barça y muy anti del Madrid. Y tú también me pareces muy inteligente, a la altura de este blog, por poner un caso. Pues vale.

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