B.E., bee, beeee

Soy de natural optimista, aunque el mundo me ha ido haciendo un pesimista tranquilo. Lejos de mí, el optimismo antropológico y el pesimismo redundante, ése que suena a disco rayado de oposición que se ha tomado su papel como un destino. Pero yo no venía aquí a hablar de política, sino de la vida, la […]