Pensar con los pies
Kun Agüero, jugador del Atlético de Madrid
Este es mi pecado: soy del Atlético de Madrid. Parece que ando con el alma sombría y el aire rabioso de quien acepta mal que su equipo ocupe un puesto de descenso. Algún amigo madridista me tacha de envidioso y aun rencoroso. Este es mi pecado, o dicen algunos que lo es, y lo dejo en el umbral del post para que con arreglo al mismo se pueda juzgar lo que escribo.
No sé si echar mano del capote del asombro, del de la furia o torear sin trapo, a lo que salga. La noticia no es de ahora, es vieja, pero mantiene su actualidad. El caso es que la Liga Profesional de Fútbol, la patronal del sector, integrada por todos los presidentes de primera y segunda división, amenaza con una huelga, mejor sería decir cierre patronal, ante la intención del Parlamento de tramitar una reforma del impuesto sobre la renta que llevaría a los jugadores extranjeros con ingresos superiores a los 600.000 euros a pagar el 43 por ciento de irpf, en lugar del 24 que satisfacen ahora. Sólo haría falta una leve brizna de vergüenza para que nadie levantara la voz porque un señor que ingresa 3, 6 ó 12 millones de euros pagara lo que la ley marca para cualquier ciudadano y no un cincuenta por ciento menos. Todo esto viene de la llamada “Ley Beckam”, que hace unos años se puso en marcha con la pretensión de atraer a nuestro fútbol a las grandes estrellas internacionales. Parece que sin esa rebaja fiscal, los héroes mundiales del balón no querrían recalar aquí. Y parece que alemanes, ingleses, italianos, holandeses o franceses, son más tontos o más pobretones que nosotros y no se permiten importar músculos haciendo trampas a las respectivas Haciendas.
En realidad todo es más burdo todavía. La ley se puso en marcha para posibilitar la llegada a España de talentos de cualquier disciplina, se supone que preferentemente científicas, con el afán de que España no perdiera el tren de la investigación, el desarrollo y la innovación. Pero, ¿cuándo nos ha interesado tal cosa en el país del “que inventen ellos”? No, todo era una marrullera filigrana para facilitar el advenimiento de los talentos del fútbol. ¿Hay otros más admirables? Con ser irritante la historia, nada perturba tanto el buen sentido, se supondría que común, como los argumentos utilizados por los partidarios de que un millonario pague el mismo porcentaje de impuestos que alguien que gana dos mil euros al mes. A saber: 1. Todo es una maniobra demagógica del gobierno, ya que los jugadores incluidos en este supuesto no pasan del medio centenar, con lo que el pellizco para las arcas públicas no va a ser asunto de importancia. Y 2. A los futbolistas les da igual porque son los clubes los que pagan a Hacienda, pues ellos cobran sus fichas libres de impuestos. ¡Ya tiene delito que eso ocurra como para presentarlo como justificante del atropello fiscal!
El fútbol, que mueve pasiones e intereses, se desborda con frecuencia. Estos delirios tendríamos que mirárnoslos todos. Si hay alguien que ha emponzoñado las aguas del balompié es Florentino Pérez; él y todo lo que representa y quienes le amparan son un cáncer. Por eso, el fracaso de sus proyectos faraónicos sería un bien general. Incluyo aquí a los muchos madridistas sensatos que no comulgan con su megalomanía. Claro que el único responsable no es él, siendo su cara la más visible. Los demás presidentes están hechos con similar molde. Y los hinchas, ah los hinchas, qué figura tan patética.
Mi pecado es que soy del Barça. Ya estoy en el punto de mira, supongo. Ya soy blanco de las iras blancas. Lo que pasa es que nosotros no podemos tirar la primera piedra. Lo que pasa es que es una vergüenza gastarse cuarenta millones y cuarenta sobre cuarenta por muy Ibrahimovic que sea el fichado. Lo que pasa es que estamos todos locos. Que el malo de la película, el que lo embrolló todo hace unos años y ahora ha vuelto renovado es Florentino, estoy contigo. Pero no es el único malo. Él es el cáncer, pero de la metástasis no se escapa nadie. Así nos va.
En la escuela de negocios nos decían que la opinión pública no reaccionaría precisamente conforme ante la publicación de las millonarias remuneraciones de la mousse de los directivos españoles (Alfredo Sáez, Goirigolzarri, Pablo Isla, etc) a pesar de leer todos los días la prensa deportiva, y su baile de fichas millonarias, para orgullo de la hinchada.
Sostenían en la escuela de negocios que incluso para el común de las gentes, la remuneración del Presidente del Gobierno, en comparación a cada uno de los millones de sueldos en torno a los mil euros que hay en España, resulta “un sueldazo”, y por tanto la publicitación de los sueldos de las cúpulas directivas, como propone el código de Buen Gobierno de las empresas participadas, resultaría sin duda incomprendida para buena parte de la sociedad.
La lección de aquel día en la escuela concluía que en líneas generales “comprendemos” el astronómico sueldo de nuestro delantero favorito y tb del guardameta rival, “asimilamos” con naturalidad los altos presupuestos de los equipos de fútbol. Al mismo tiempo “desconfiamos” de los sueldos de alcaldes, consejeros, diputados, asesores, altos directivos, patronos y del Presidente del Gobierno, sin que nadie acierte en la quiniela de su coherente gradación.
Ahí se acabó la clase, recogimos y nos fuimos.
¿Y para qué coño hay que importar talentos extranjeros cuando tenemos aquí los mejores jugadores del mundo? Viendo jugar a España (habría futbolistas para formar varias selecciones) cuesta comprender la obcecación de buscar estrellas en otras galaxias teniendo en nuestro sistema las que más brillan y asombran.
Durante años, he oído críticas contra diferentes festividades, El día de los enamorados, el día del padre, el día de la Madre, el día de etc., por ser fiestas comerciales y creadas por las “Grandes superficies” en su propio beneficio.
Pero gracias a estas fiestas tan “comerciales” a veces, alguien se acuerda de mucha gente, de la que nadie se acuerda normalmente. Además nadie te obliga a ser detalloso, a no ser tu propia conciencia, que a veces debe picar una barbaridad.
El que un equipo fiche a un jugador, que a la mayoría de los mortales se le antoja desorbitada e indecente (el precio lo marcan las leyes de mercado, es decir la necesidad y el deseo de posesión) es para algunos aficionados el comienzo de un sueño de hadas, para muchos un lugar donde enterrar problemas y frustraciones.
Visto lo visto, si beneficia a alguien y a Vd. no le toca el bolsillo. “Feliz día de los enamorados”
Muy lindo lo que decís, Pinochiio, pero en lo de a “si beneficia a alguien y a Vd. no le toca el bolsillo”, calculo que está usted de broma, ¿no? Siga así de festivo, por favor.
Pero ¡qué cruz llevas!. Sigues arrastrándola desde hace años y no escarmientas ni dejas que te la quite un cirineo compasivo y tonto, que se quede con ella como en “La vida de Brian”.
¡Qué lástima que muchos consideren el fútbol un sueño de hadas, la panacea de todos sus males o la solución a sus frustraciones. !. Ya llegará la decepción. A los Átléticos ya os llegó hace tiempo, ¿no?. 😉