El 23 efe de la tele
El asalto legal de los consejeros de RTVE a los informativos de la tele pública ha fracasado. Este particular 23 efe ha sido atajado a tiempo y no por casualidad sino por la reacción fulminante y contundente del Consejo de Informativos, con el apoyo unánime de la redacción y de otros medios informativos. La lectura positiva es esa, la derrota de los conjurados y la esperanza de que este episodio pueda servir de vacuna, al modo en que el golpe de Tejero evitó nuevas aventuras de la misma índole. La analogía puede resultar hiperbólica, pero no es descabellada. Lo que ocurrió hace unas noches esconde una gravedad que no se había conocido en más de treinta años de democracia. No hay que darle muchas vueltas para concluir que estábamos ante un intento en toda la línea de imponer la censura previa, una institución franquista derogada tras la muerte del dictador. Obviamente, la censura, la autocensura y las injerencias políticas se dan en todas las épocas y en todos los medios, pero el hecho de que los consejeros, elegidos por los partidos políticos y los sindicatos, tuvieran acceso a la escaleta de los telediarios nos llevaba a un estadio claramente predemocrático.
El peligro, sin embargo, no ha pasado, porque RTVE se encuentra en una situación inquietante, sin presidente y con los consejeros, los rebeldes (el de CCOO ha dimitido) y los dos leales como única fuente de autoridad. A estas alturas está claro que el PP quiere ganar tiempo para poder negociar el nuevo presidente de la corporación con una cómoda mayoría absoluta, pero lo que también está claro tras ver las maniobras del muñidor Sacaluga es que los muchachos de Rubalcaba prefieren una televisión pública politizada, como en los viejos y malos tiempos, entre otras cosas, quizá, para denunciar la manipulación. Asusta imaginar a un Sacaluga, en su mecedora de consejero, escrutando las noticias del telediario y moviendo los hilos de la intoxicación. Da repelús pensar en los consejeros del Partido Popular, con un presidente afín, una suerte de Urdaci de los tiempos modernos con línea directa con Génova. Zapatero, al que difícilmente pueden cargársele más adjetivos peyorativos, ha sido, no obstante, un político nada obsesionado con el control mediático, la política informativa promovida por su gobierno así lo prueba. Pero ZP es ya hombre muerto y los que se avecinan son días para extremar la atención. Para saber por dónde puede ir la brújula mediática de Rajoy tal vez baste con mirar a Cospedal y Castilla la Mancha, pero unos informativos relativamente alejados de la contienda política tampoco interesan a alguien como Rubalcaba, forjado en la escaramuza y el engaño, y para el que es más apetecible criticar los posibles desarreglos de una televisión pública sin la camisa de fuerza gubernamental que jugar la partida audiovisual sin cartas marcadas ni fullerías.
Si es cierto que se puede hacer una denuncia política del PP y de CiU, me interesa resaltar el papel jugado en la votación de marras por excolegas de TVE: Rosario López Miralles y Andrés Martín Velasco (PP) trabajaron en los años 70 en la redacción. Sí, cuando no se necesitaba espiar el sistema informático para controlar los telediarios. ¿Añoran esos tiempos? ¿Y Miguel Ángel Sacaluga (PSOE)? ¿Cómo interpretar su abstención? ¿De verdad no tiene opinión o es que quería obtener lo mismo que los del PP sin el desgaste político correspondiente? Gracias, de todos modos, porque ahora sabemos lo que se puede esperar de ellos y del consejo de administración.
Lo triste es q han sido gentes de la casa los q han patinado, y pone en evidencia q para los políticos RTVE ya solo da malas noticias.
Estas cosas pasan en un ente descabezado y sin rumbo, en su etapa de juventud posterior a la gerontocracia.
Muy malos tiempos. Cuando señalen un presidente, la prioridad será la tijera. Y Ere q Ere.
Resulta difícil de creer lo que ha pasado y que no hayan dimitido, ni que les cesen los partidos que les nombraron. Aún no han ganado las elecciones y ya estamos así !
Certero como un dardo en una diana en este post, querido compadre. Se agradece que uses tú dilatada experiencia en esa casa para analizar lo ocurrido sin la tentación de evacuar episodios pretéritos tuyos o de tu entorno. Me quedo con tú mirada hacia adelante para señalar posibles peligros futuros. ¿Qué se puede hablar de Sacaluga?. Supongo que años de comisariado político le contemplan y en alianza con el sinuoso Rubalcaba pueden ser un dúo letal para la información independiente y transparente. En cuanto a la ‘marea azul’, en Madrid tenéis la experiencia de los ‘sorianos’ en Telemadrid y ahora está astracanada…realmente el acreditado respeto de ZP a la libertad profesional en RTVE ha sido una lotería. Me temo que una raya en el agua…aunque estemos vigilantes y no perdamos la esperanza de cara al futuro. Enhorabuena ¡¡
Efectivamente duele que “la genial idea” haya partido de gente de la casa (Charo Lopez Miralles, Consuelo Vicente, Manuel Esteve…), que antes ha pasado por informativos o porotros departamentos de la casa como Esteve. Yentre todos ellos el muñidor y manipulador de Sacalugan,que bien protestaba y sonoramente, cuando estaba en Informativos si alguien intentaba manipularlos. Claro que con tantos años de poltrona ya se le han olvidado los viejos tiempos convirtiendose en un “politico con poltrona”, aferrado con uñas y dientes a ella y que ha olvidado lo que es trabajar.
Pienso que este estrambote no es más que un aperitivo de lo que se nos viene encima.
El PP, crecido, parece dispuesto a aplicar su recetario sin complejos ni blandenguerías. CIU, salvo clamar al cielo por cualquier nimiedad que afecte a su visión de Calalunya (a su visión estrecha y pueblerina de Catalunya, quiero decir), más de lo mismo. De ERC, ya se sabe: si la tropelía tierne que ver con la radiotelevisión española, a nosotros plim; luego nos abstenemos. Y el PSOE, ay el PSOE, ni está ni se le espera.
Vaya, pues, mi reconocimiento a los consejeros propuestos por IU y UGT, así como al único que ha tenido la dignidad de dimitir (el de CC.OO.).
Se avecinan tiempos muy difíciles, aún más difíciles, tiempos en los que la primera obligación para un demócrata, casi de índole moral, va a ser atreverse a decir NO.
Vale, quizá no haya un modelo alternativo de economía o de sociedad . Pero al menos neguémonos a comulgar con ruedas de molino.