Teófilo Ruiz, marinero en esta tierra

Con Teo, en San Pedro del Pinatar, hace varios veranos

Con Teo, en San Pedro del Pinatar, hace varios veranos

Teófilo Ruiz nos ha dejado a los 72 años, después de ese eufemismo que da en llamarse larga y grave enfermedad y que en su caso ha sido una batalla sostenida y admirable a lo largo de quince años con un cáncer que terminaron siendo tres y que se convirtió en el cáncer total. Y le mantuvo el pulso y la mirada, sin perder las ganas de vivir, de alternar con los amigos, de correr y cuando no podía correr, andar, de leer como un don Quijote cuerdo, y de escribir varios libros, uno de ellos sobre el OPUS DEI y otro sobre Nietzsche, que ha sido la pasión intelectual de su vida. Teo, que tenía un bigote breve de presocrático de Puertollano, leyó a los clásicos en los barcos en los que recorrió el mundo en su primera juventud de oficial de máquinas en la marina mercante. Pero su afán más hondo fue el periodismo, de manera que cerró el cuaderno de bitácora y se quedó en marinero en tierra, con matrícula en la Facultad de Ciencias de la Información. Como tenía una amplia cultura y el periodismo de finales de los sesenta/setenta solía valorar más la almendra que la cáscara, Teófilo comenzó a publicar en seguida temas de portada en “Triunfo” y “Tiempo de historia”, las míticas revista de Ezcurra y Haro Tecglen.

Manolo Martín Ferrand lo nombró director de la emisora en Alcalá de Henares de la naciente y pujante Antena 3 Radio. En la COPE trabajó con Manuel Antonio Rico y con Fermín Bocos, hasta que la SER decidió ficharle. Fue uno de los momentos más amargos de su vida, porque, caballeroso como era, se despidió de la COPE antes de firmar con su nueva emisora, con la mala fortuna de que en ese paréntesis cambió el director general de la SER y él se quedó en tierra de nadie y en el paro. No tardaron en llamarle de Radio Exterior de España. Ahí lo conocí yo en el otoño de 1988, en las profundas madrugadas, y en seguida nos hicimos amigos. Nos queda la amistad a Ceferino Montañés, a Enrique Jacinto, y en el recuerdo siempre, la malograda Mertxe Martín Gaitero.

       Cuando en 1989 aparece en el firmamento audiovisual Tele-Madrid, Fermín Bocos, director de informativos, se acordó de Teófilo y lo reclamó para incorporarlo a las filas de la que en seguida

Tertulia del "podólogo"

Tertulia del “podólogo”

sería exitosa cadena. Teo fue durante años editor de distintos tele-noticias, tanto en la época política de Leguina, como en la de Gallardón, pero cuando llegó, como una ola, Esperanza Aguirre se lo llevó por delante, como a tantos otros magníficos profesionales. Disciplinado y respetuoso como era, nunca protestó por hacer lo que podríamos llamar trabajos menores, lo que ocurre es que cada vez lo fueron orillando más, hasta amargarle la vida, y como ya andaba con su cáncer a cuestas se prejubiló a los sesenta y algunos. Antes había sido director de Onda Madrid.

            Lo malo de escribir obituarios es que este es un género en el que siempre se colma al difunto de loas y se le cuelgan medallas de toda condición, y acostumbrados como estamos a esa catarata de elogios asistimos a la tormenta biográfica perfecta como quien oye llover. Y, sin embargo, no todos los muertos son iguales. Y el que glosamos hoy es un tipo muy especial, no ya por su caudalosa cultura y su buen ejercicio periodístico, que también, sino y sobre todo porque ha sido un hombre de los que dejan huella. Octavio Paz escribió en “La llama doble” que los antiguos consideraban superior la amistad al amor. Teo, que amó mucho, fue un cultivador minucioso e incluso primoroso de la amistad. Son estos los hombres que le dejan a uno huérfano cuando se van. Deja dos hijos, Fernando y Dani, una exmujer, Marisa, a la que llamaba todos los días, y su última y gran compañera, Celia Martín Jiménez, que le ha querido, le ha cuidado y ha disfrutado de su presencia en estos tres lustros de sombras, pero también de alegría y amena conversación. Lo más grave ahora es saber, ¿con quién va uno a hablar como hablaba con Teo? Los dioses del recuerdo nos lo conserven.

6 Responses to “Teófilo Ruiz, marinero en esta tierra”

  1. Recuerdo la última vez que vi a Teo. Fue hace justo tres años, en El Comercial, poco antes de que cerrara ese Café para someterse a la reforma. Tirado me avisó de que había quedado con Teo. Y fui. Sólo he estado con Teo tres o cuatro veces. Las suficientes. Una persona tremendamente culta. Cordial. Y un hombre educado. Educadísimo. Tenía una cercanía innata. Casi no lo traté y me parece que lo he conocido mucho. Estaba ya muy enfermo pero no hablaba de su problema, sino que se interesaba por los problemas de los demás. Memorable la reflexión improvisada que hizo sobre Ántígona’, que surgió en la conversación. Desbordaba cultura. Y bondad. Casi no lo he conocido, insisto. Pero he sentido muchísimo su muerte.

  2. Una noche cené con él. Un tipo sencillo y noble. No volví a verlo personalmente pero Tirado me tenía muy informado. Yo había pasado un proceso parecido al suyo del que salí ileso por ello mis simpatías eran dobles. Sabía de su entereza. Enterarme de su fallecimiento me ha dejado perplejo.

  3. Precioso y emotivo el obituario que le has dedicado a tu gran amigo!

  4. Cierto, muy emotivo el obituario. Así le recuerdo como en esta foto. Tu reflexión me ha servido para paliar el dolor por alguien que he perdido recientemente. Gracias.

  5. Así el amor en el flujo espontáneo de unas venas
    encendidas por el hambre de no morir, así la muerte:
    la eternidad así del beso, el instante
    concupiscente, la puerta de los locos,
    así el así de todo después del paraíso:
    –Dios,
    ábrenos de una vez. –Gonzalo Rojas

  6. precioso obituario

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)