Otra copa en el VAR
Quizá nos falte perspectiva. Raramente se alcanza a ver la importancia de un fenómeno en el momento mismo de su aparición. El rey Luis XVI anotó en su diario personal el 14 de julio de 1789: “Aujourd´hui, rien” (Hoy, nada). Ese día, los revolucionarios parisinos habían tomado la Bastilla. Ahora lo sabemos: la cabeza del monarca estaba seriamente amenazada, pero él no encontró motivo de mayor alcance para darle algún relieve a lo que había ocurrido durante esas 24 horas. En fin, tendrán que perdonarme la analogía histórica, tan hiperbólica como surreal. Aquí hablamos de asuntos de mucho menos fuste. Esto es solo fútbol, que dicen los peloteros, esos viciosos del círculo y la frase redonda y hueca, que va del fútbol es fútbol, al balón no ha querido entrar o los penaltis son una lotería. Por supuesto que los penaltis no son una lotería, probablemente ni la lotería sea una lotería, pero ese es mimbre de otro cesto.
Lo que ya nunca será igual es el fútbol después de la llegada del VAR. Llegó para quedarse, sería impensable ahora un balompié sin video arbitraje, y hasta la UEFA reza para que no haya un fallo arbitral escandaloso esta temporada, porque la siguiente también la Champions estará bajo el paraguas del ojo electrónico. Unos meses antes de estrenarse el invento hice un reportaje para Informe Semanal sobre el asunto. Hubo opiniones varias, aunque a esas alturas de la pequeña historia no tenía mucho sentido oponerse a lo que iba a caer como fruto de la ley de la gravedad deportiva. Quien más celebraba el advenimiento era José Antonio Martín Petón, un tipo torrencial, simpático, optimista y definitivamente atlético. Del Atlético de Madrid, quiero decir. En su opinión, en España los dos grandes equipos iban a ser perjudicados por el video-fenómeno. Naturalmente el VAR es una herramienta del presente, de manera inevitable volcada al futuro, que lo tiene todo, pero no es raro dejarse llevar por esa disciplina llamada historia contrafactual y preguntarse cuál sería el palmarés de la Liga y la Copa de Europa en la suposición de que siempre hubiese existido video arbitraje.
Los grandes opositores al VAR son los defensores a ultranza de un casticismo que entiende que si se suprimen los errores arbitrales se habrá acabado con la más rica salsa del fútbol, la de la polémica de los lunes en el BAR. Uno de estos abanderados es el director de AS, Alfredo Relaño, quien se ha tirado media docena de años criticando lo que entendía como favoritismo de los árbitros hacia el Barcelona, aun así era reacio a que pudiera existir una cámara que pasara a limpio y corrigiera tales abusos. Le valía más vender periódicos a cuenta de un fenómeno que bautizó con cierto ingenio como “villarato”. En realidad, tanto a Relaño que es tan del Madrid como Florentino, como a los azulgrana les viene mal la invención.
En este último partido Barcelona Real Madrid, el de la manita en la cara de Lopetegui, el VAR dio un penalti a los locales que el colegiado no había visto. Pero si se quiere entender el alcance revolucionario del neo-arbitraje no encuentro un ejemplo más acabado que el del Real Madrid 1 Levante 2. Ese día el video señaló un penalti a favor de los valencianos y anuló un gol a los madridistas. De no haber sido por el ojo del árbitro electrónico, mal que bien, y como tantas otras tardes tontas, el Madrid habría ganado el partido y la cabeza de Lopetegui no se habría puesto tan pronto en almoneda. Claro que a la cabeza de Lopetegui le ocurría lo que a la de Luis XVI, que no había forma de salvarla de caer en el cesto.
Muy de acuerdo con Petón. Y contigo. El VAR va a quitar muchos puntos al Madrid y al Barcelona en esta Liga. Los dos grandes van a ser los grandes perjudicados. Un buen ejemplo el del Madrid-Levante. El año pasado, sin ir más lejos, ese mismo partido lo hubiera ganado el Madrid.
Al final de la Liga, cuando se analicen los resultados con VAR/ sin VAR estos dos equipos habrán perdido una media de 8/10 puntos por la aplicación del VAR. Al tiempo.
¡Coño, qué bien contado!
Estás delante de un grandísimo profesional y Atlético. Gran persona, además. Y con amplio conocimiento sobre muchas materias.
Ojalá escribiera mucho más.
Tiene lo que debe tener un gran periodista.
Lo tiene.
Una vez más estoy totalmente de acuerdo con mi amigo Juan-Antonio.
Reconozco que me está sorprendiendo para bien el funcionamiento del VAR (no me lo esperaba).
El VAR está siendo garantía de equidad deportiva, pero también está favoreciendo a los equipos humildes (¿es casualidad que la liga 2018-2019 esté siendo la más igualada en décadas?) y, sobre todo, a la actitud del público.
¿Os habéis dado cuenta de que, una vez que el árbitro ha consultado el VAR, el público ya no se atreve a protestar su decisión, aunque sea anular un gol a su equipo o pitar un penalti en contra?
¡De qué prodigios es capaz la tecnología! Me recuerda a la reacción de los personajes de Valle-Inclán en Divinas Palabras: si el cura habla en latín, que no le entendemos, es la palabra de Dios y debemos acatarla.
Por cierto, hice cuanto pude por evitar la dsetitución de Lopetegui, incluso convoqué una concentración de apoyo en el despacho de Florentino, pero no fue nadie (yo tampoco).
Perosnalemente detesto a Lopetegui, no porque sea buen o mal entrenador, sino por el plantón que le dio a la selección en vísperas del Mundial, una de las guarradas más feas que yo recuerde en esto del fútbol.
Pero con Lopetegui el Madrid iba de culo y yo, como atlético, recobnozco que me divertía, vaya que si me disfrutaba.
Un abrazo.
Finas palabras la del “mesié”. En las páginas del Babelia de El País suelen hacer una pequeña entrevista, tipo cuestionario, a personal de la cultura. Una pregunta se repite: ¿que cree que está sobrevalorado? Yo respondería sin dudarlo: el fútbol.
No olvides que el VAR se tragó la expulsión de Suárez, que debió ver la roja directa. Quizá también podamos preguntarnos por el resultado si esa expulsión se hubiera producido. ¿Por qué esa circunstancia se pasa por alto?
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Sólo una puntualización. El VAR no entra en la jugada de Savic. Hay que conocer mínimamente las reglas antes de hablar de ellas. No es una agresión. No se produce dentro del área. Es una entrada dura y peligrosa para cortar el juego que el árbitro ve y penaliza con falta y tarjeta amarilla. Pero no se da ningún supuesto para que entre el VAR. Al contrario, por ejemplo, que en la mano de Casemiro en el derbi.
Pero, bueno, David Varona, el VAR no es Dios, no es el supremo objetivo, pero es un paso de gigante en la búsqueda de una justicia futbolera, vamos a llamarla así. Siempre habrá motivos para la polémica. Podríamos hablar de la mano en el derby del Bernabéu, en la que no entró el VAR, pero hombre, no vamos a ser como los políticos y el tú más. Eso es una torpe añagaza de personas con menos fuste que nosotros. Es verdad que en las tarjetas rojas no está entrando mucho el VAR, es una asignatura pendiente. Como dice Manuel Granados Saenz el sábado en el Atlético Real Sociedad, el VAR no entró a considerar una entrada escalofriante de SAVIC, que hubiera dejado con uno menos al Atlético durante más de 45 minutos. En fin, el mundo va cambiando, los imperios caen y surgen otros. Los que vivimos el esplendor, o los que lo viven, no pueden aceptar la llegada de otros tiempos, pero es igual, llegan. Al Real Madrid hasta hace nada todo el mundo se pegaba por ir y era impensable que una auténtica estrella quisiera irse. Se ha ido Cristiano, quiso irse con mucho empeño Modric, se fue Kovacic. Y los entrenadores se pegan por no venir, al punto que Florentino, ese truhán, tuvo que robarle a la desesperada a la selección a Lopetegui, ese mirlo blanco ahora expulsado con malos modos por el consabido Pérez. En fin, el VAR, que es el tema del cuento, va a igualar la competición, vamos a ir hacia una mayor presencia de la clase media futbolística. Quizá no sea casualidad la clasificación de este año con los Alavés, Español, Valladolid… ahí arriba. Pero tranquilos, no habrá VAR retrospectivo, porque entonces veríamos como menguaban la Copas de Europa y otras copas del Madrid. Escalofríos sentirían los queridos madridistas, pero de momento no viajaremos en el tiempo hacia el pasado.
Hombre, mi querido Juan Antonio, no te hagas trampas en el solitario. Está muy bien eso de apelar al “y tú más” para desautorizar mi comentario y, a renglón seguido, entrar en un “y vosotros más” de 400 palabras… Es poco digno de personas de nuestro fuste, como bien dices tú.
No sé si la justicia retrospectiva sería tan perjudicial para el Real Madrid. A lo mejor nos llevamos todos una sorpresa. Por ejemplo, el VAR le habría dado al Madrid las ligas de Tenerife… Pero agua pasada no mueve molino, salvo para los que solo piensan ¿pensáis? en el agua pasada…
David Varona, bien dicho.
Todo se andará con una buena Ley de Memoria Histórica futbolística, que también servirá de tardío consuelo para los perdedores.
Querido Macaón: a propósito de lo que dices de la sobrevaloración del fútbol recuerdo una entrevista que le hice al escritor Francisco Ayala con motivo de su centenario. Habíamos terminado la charla para televisión y ya de manera informal comentábamos asuntos varios. Le dije: usted como sociólogo me reconocerá que algo tendrá el fútbol cuando le gusta a tanta gente. Y me contestó veloz: sí, o algo tendrá la gente.
Sabiamente contestado por ese gran humanista. Creo que el VAR no aporta gran cosa, quizá el sabor del drama, pero más o menos se equivoca casi como el árbitro (otro que domina el drama). Puede que se acerque más a la verdad, pero todos sabemos que la verdad no existe, sólo hay opiniones.