LOS BOSQUIMANOS

los-bosquimanos-san-gente-cantando-y-bailando-danzas-tradicionales-alrededor-del-fuego-delante-de-la-cabana-el-desierto-de-kalahari-namibia-africa-rprxt5Cuenta Zein Zorrilla que allá por los años 60, cuando las exploraciones de los pueblos primitivos embriagaba a los estudiosos de Occidente, una expedición se instaló en el desierto del Kalahari a estudiar la vida de los bosquimanos. Regaron de instrumentos los arbustos que les proporcionaban la sombra, de cámaras de televisión las cuevas que los protegían de las tempestades, de sensores de pisadas las orillas de los ríos y sus abrevaderos. Pero en la misma medida en que los sabios de Occidente estudiaban a los primitivos, eran asimismo motivo de una investigación en sentido inverso. Embadurnados los cuerpos de barro, los bosquimanos rastreaban las huellas de las botas occidentales en la arena nativa, husmeaban las latas vacías de extrañas conservas de pescado, registraban minuciosamente los movimientos de los hombres blancos. He ahí la gran metáfora que une a los hombres, con independencia de su estadio histórico y de desarrollo: la capacidad de mirar y ser mirados, de ver y ser vistos. No hay instrumento de espionaje más sutil que unos ojos bien abiertos. Todos somos espejo que refleja y reflejo en el espejo. A partir de ahí unos y otros ponen en pie las correspondientes interpretaciones, las teorías, pero eso siempre pertenece a un orden secundario.Los bosquimanos, los pigmeos, los tuareg… pueblos hechos a la medida del antropólogo. ¿Cómo no recordar, justo en este punto, la frase de Octavio Paz: “Los remordimientos de Occidente se llaman antropología, una ciencia que, como dice Levi-Strauss, nació al mismo tiempo que el imperialismo europeo y que lo ha sobrevivido?”.bbbosquimanos

 

 

14 Responses to “LOS BOSQUIMANOS”

  1. No ven los ojos, sino el cerebro y este se encuentra, en el caso de blancos y bosquimanos, mediatizado de antemano por la cultura. Los ojos bosquimanos se aterrorizaban viendo llegar en un Jeep a los blancos. Los veían acercarse haciéndose deprisa grandes y eso les causaba pavor. Supe de un ciego ( occidental) curado que tuvo que aprender a ver y que relataba su proceso como algo horrible. No comprendía la perspectiva. No sabía qué era pequeño y qué grande, qué estaba lejos y qué cerca, por no hablar de los objetos que no podía tocar, era, según él, como si no los viera. En cualquier caso, la Antropología es una disciplina fascinante por las ópticas diferentes que aporta.

  2. Yo sé que ni usted ni sus contertulios van a creerme, pero debo decirles , ya que el señor Tirado ha sacado a relucir a Levi-Stauss, que la frase con la que este inició su libro “Tristes Trópicos” ( no me gustan los viajes ni los exploradores) es la frase con la que mi abuela Martina le dio calabazas

  3. Me sorprende este artículo. Estaba intentando pensar la relación que subyace con nuestra política actual y como eso te había llevado a relacionar ambos mundos tan dispares. Antropológicamente me estaba convenciendo de cómo la izquierda, más radical y visceral, veía a la derecha, cada cual observando al distinto con un mundo de distancia. Al final he llegado a la conclusión de que te apetecía escribir sobre los bosquimanos y de que estoy demasiado sugestionado por Tezanos y sus encuestas.

  4. Habla Tirado en este curioso artículo, muy distinto de los que él frecuenta,de la capacidad del hombre de mirar y ser mirado. Yo he mirado mucho en esta vida, aunque no a hombres, sino a mujeres. Pero puestos al asunto que propone el autor, nunca me había mirado a mí mismo desde fuera. Y desde el 14 de marzo, durante este tiempo de confinamiento, me he visto varias veces desde fuera. No voy a decir lo que pienso de ese yo, que soy yo mismo, pero he aclarado muchas cosas, y he comprendido muchas otras. No ha habido ajuste de cuentas, lo que, en definitiva, me ha reconfortado. Hemos tomado un dry martini juntos. Y nos hemos hartado a comer, por lo que ambos hemos puesto kilos. El bosquimano es tal y como era. Yo, ahora, tengo una larga melena que no llega a ser blanca, pero que es un pelo abundante del que me siento orgulloso. Y me dejé barba, también no del todo blanca, a lo Aute, pero me afeité enseguida cuando llegó la noticia de que un Luis Eduardo, el grande, había subido a los cielos. Y aquí estoy yo, escribiendo este comentario, mientras el otro yo, el salvaje, el que yo creo que más miraba/mira a las mujeres, me observa escribir.

  5. Buena frase la de Levi-Strauss, aunque supongo que se refiere a la antropología cultural, que no a la biológica o filosófica. Buen artículo para recordar que la pupila con que observamos el mundo tiene mucho de cultural.

  6. Me ha encantado. Me imagino perfectamente la escena.

  7. El ojo que ves no es
    ojo porque tú lo veas;
    es ojo porque te ve.
    A. Machado

  8. Don Tirado, mire Vd. que tenía yo intención de ser crítica y tal y tal, y así se lo expresé. pero he recibido una invitación para “asistir en tareas domésticas” (esto dice el salvoconducto) de unos amigos, propietarios de una estupenda Casa Rural en la Serranía de Cuenca, y me voy volando. Pero volando quiere decir, que apenas tendré tiempo de preparar la mochila. Quién sabe si me encontraré bosquimanos por el camino (quienes han visitado sus aldeas cuentan cómo se quitan el ‘disfraz’ en cuanto se van los turistas, periodistas, etc., y se ponen camiseta y vaqueros), pero si los veo, les diré que hay un periodista esforzado que se interesa por ellos y saca de su exótica existencia bellas metáforas.

    Por cierto, mi comadre, Doña Pineda, anduvo por Namibia un mes y pico, junto a fotógrafo, guías y demás impedimenta, y escribió un libro precioso que editó la desaparecida Everest, Ella me dice que no son los bosquimanos los que se untan el cuerpo de barro, sino los himbas. Y no hay cuevas para ellos en el Kalahari, que es un desierto, sino arbustos, tierra, gusanos y poco más. De hecho, en inglés les llaman “bushmen”, hombres de los arbustos. Mi comadre sabe de Namibia y sus diferentes etnias lo que no está escrito (o sí), pero lo de la mirada que va y viene es otra cosa. Interesante cosa, por muy crítica que yo me hubiera querido poner. Salud y mascarillas para todos.

  9. No hay cuevas pero sí chozas, que se hacen ellos con no se qué cosas.

  10. ¿Se suicidan loa bosquimanos o lo tienen prohibido?

  11. Mi incultura es tan amplia que quizá no merece ni siquiera ser revisada. No domino gran cosa del asunto este de los bosquimanos, que, dicho sea por otro lado, me parece apasionante. Ocurre muy sencillamente que no me había parado a pensar o leer sobre el asunto y de pronto me ha dado un ataque de mala conciencia, un poco antropológico, a lo Levi-Strauss, que sobre este señor sí tengo alguna noción y no solo por los pantalones tejanos. Lo poco que sé de estos pueblos fantásticos, como los pigmeos, los tuareg, etc, no lo he aprendido en los libros, sino en la televisión. Supongo que ustedes recordarán un programa mítico de la 2, que se titulaba “Otros pueblos” y que presentaba con toda la pachorra y toda la elegancia del mundo un señor con pipa llamado Luis Pancorbo. En fin, la vida le va llevando a uno por este o aquel camino, sin pensarlo ni buscarlo muchas veces. Siento ahora una punzada de nostalgia y creo que podría haber entregado parte de mi vida, la más productiva, a conocer la vida y obra de los bosquimanos. Me temo que ya sea tarde. Como es tarde para el inglés, para la dirección de orquesta y para tantas cosas que uno debió hacer y no hizo. Perdonen la tristeza.

  12. No conocía el nombre de Zein Zorrilla, que descubro gracias a internet no sólo que es peruano, sino que pertenece a la gloriosa estirpe de los escritores que, además de darle a la pluma, saben hacer más cosas: en su caso, parece ser que es ingeniero.

    Inconscientemente divido a los escritores en esos dos grupos, los escritores 24h y los que compaginan actividades, médicos, ingenieros, abogados (profesor de Literatura no cuenta).

    Poco después de los 60 la Antropología sufrió la gran crisis que arrasó a otras muchas ciencias sociales; en su caso, sobre todo, por su connivencia con el coloinialismo, cosa que es palmaria en el caso del estructural-funcionalismo británico, corriente hegemónica en la disciplina durante varias décadas, hasta que el tinglado se vino abajo.

    En los 60 todavía se pensaba que las sociedades de cazadores-recolectores que por el mundo quedaban eran previvencias inmaculadas de formas de vida del neolítico o incluso anteriores, y se estudiaban para intentar reconstruir los modos de existencia de los primeros humanos. Esa ingenuidad pasó a mejor vida y hoy se sabe (hasta donde estas cosas se pueden saber) que en la mayoría de los casos son mecanismo de supervivencia frente a las presiones del proceso colonizador europeo, aunque violencia ha existido siempre y en todos los continentes.

    Tengo Tristes trópicos por el libro más hermoso escrito jamás por un antropólogo (y por el único transitable de Levi-Strauss hasta el final, para qué nos vamos a engañar), me encanta la anécdota (algo inverosímil, lo concedo) de la abuela Martina y su influencia textual.

  13. Señor Abbascontadas, mi abuela Martina fue, sin pretenderlo, una de las mujeres más influyentes de la anterior centuria. Como de momento no he encontrado ninguna editorial seria que acepte publicar sus memorias, el señor Tirado en su amabilidad, me permite que, gota a gota, le aerosolee el blog con los recuerdos de Martina. Deduzco que es usted uno de esos tipos que necesitan ver para creer, sin embargo, en lo que a Martina se refiere, le anticipo que lo provechoso es justamente lo contrario: creer para ver.

  14. Me viene a la cocorota, que a los 16 años los Amish tienen que decidir si quieren ser miembros de la comunidad o salir de las normas y ser invisibles.
    Y hoy en la calle, esos seres invisibles para los demás, invisibles por la pobreza, y a los que no nos atrevemos a mirar a la cara.
    Menos mal que yo no tengo reflejo, pero por favor que no me de la luz, ni me acerques los ajos (ya me hubiera gustado probar un ali olí), ni te acerques con una estaca…
    Por cierto hacienda, si me ve, hay que jod..se.

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