Sarkozy: ” El burka no será bien recibido en Francia por ser un signo de esclavitud”
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Ningún jefe de Estado se había dirigido a los parlamentarios desde Luis Napoleón Bonaparte en el siglo XIX.
Fue una intervención de 45 minutos, retransmitida en directo por televisión y seguida por un debate parlamentario sin voto, en el que no participó ningún miembro de los grupos de la izquierda.
Diario de Navarra. Agencias (París), 23 de junio.- El presidente francés Nicolas Sarkozy, aseguró ayer que el burka no es un “signo religioso” sino un “signo de esclavitud y sumisión” que atenta contra “la dignidad de la mujer” y advirtió de que esta prenda que usan algunas mujeres musulmanas para cubrirse de pies a cabeza “no será bienvenida” en Francia.
“El problema del burka no es un problema religioso, es un problema de libertad, de dignidad de la mujer”, lanzó Sarkozy entre vivos aplausos en un solemne discurso ante el Congreso reunido en el Palacio de Versalles, el primero de un jefe de Estado al Parlamento desde 1848.
Sarkozy se dirigió a senadores y diputados para exponerles las líneas básicas de su mandato en una intervención similar al discurso sobre el estado de la Unión que cada año hace el presidente estadounidense.
Debate unilateral
Durante su afirmación ante la prenda afgana fue interrumpido por los aplausos de algunos de sus interlocutores.
Sus comentarios se refirieron a la comisión parlamentaria que investigará el uso del burka en el territorio francés. El mandatario afirmó que esta comisión, creada la semana pasada mediante una resolución que recibió el apoyo de más de 80 diputados, es el camino correcto para seguir ocupándose del tema.
Los parlamentarios de la derecha se pusieron incluso en pie para aplaudirle, mientras que los de la izquierda que acudieron a escucharle, -sólo los socialistas porque los comunistas y verdes decidieron boicotearle-, permanecieron impasibles en todo momento.
Para el ex primer ministro socialista, Laurent Fabius, el presidente pronunció un discurso “decepcionante”, que no aportó nada nuevo, algo similar a lo que opina la responsable de los Verdes.
Fue una intervención de 45 minutos, retransmitida en directo por televisión y seguida por un debate parlamentario sin voto, en el que no participó ningún miembro de los grupos de la izquierda.
En su intervención también se refirió a la economía. Sarkozy aseguró que no subirá los impuestos porque retrasaría la salida de una crisis y que aspira a cambiar el modelo de crecimiento. “No haré una política de rigor. No aumentaré los impuestos”, prometió, antes de admitir que Francia tiene un problema de déficit.
La prioridades de su Gobierno se financiarán, dijo, con una emisión de deuda pública. Tampoco dio detalles de la reforma del sistema de pensiones.
El presidente pudo protagonizar la intervención gracias a la reforma constitucional votada y aprobada el pasado julio, que levantó la prohibición de que los jefes de Estado se dirijan a los parlamentarios, tal y como establecía la Constitución de 1875.
El último en hacerlo fue Luis Napoleón Bonaparte en 1848, durante la II República, -aunque entonces el Parlamento francés era unicameral- cuando prestó juramento tras su elección ante la Asamblea Nacional.
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