Corazones en red

  En el campo de los periodistas (como en otros campos o casi todos) los hay inteligentes, respetuosos, y con sentido de lo que es correcto en la información. Y los hay, también, cortitos de luces, zafios, y sin sentido de lo que es lo que es informar sin faltar al respeto. Es cuestión de equilibrio y de saber estar (mejor, de saber escribir). Cualquier periódico suele traer muestras de lo uno y de lo otro.  Digo todo esto a causa de una información que hoy (cuando escribo estas letras) venía en un periódico de provincias. El periodista que escribe sobre la detención de un etarra, se toma la licencia de contarnos cómo fue la detención y qué “debilidad” humana se produjo en ese momento. Copio literalmente de su artículo: “al proceder a cachearle y colocarle las esposas, los policías comprobaron que el nuevo líder sanguinario de la banda se había orinado en los pantalones”.  No es un buen ejemplo de información respetuosa.  ¿Acaso tiene algo que ver la detención en sí misma, como noticia informativa, con la debilidad de una persona, que merece un respeto, aunque sus hechos delictivos merezcan una condena contundente?  Me parece de muy mal gusto, de falta de equilibrio de lo que se debe informar (que es lo importante) y airear algo que es denigrante para el ser humano, o al menos vergonzoso por lo que tiene de debilidad.   Del árbol caído no siempre se debe hacer leña. Esa especie de “venganza” periodística desautoriza al que informa, y le rebaja.   Toda persona, aunque sea un criminal, un etarra, tiene derecho a su intimidad, a que no se sobrepasen los límites del respeto. Dejemos la ”carnaza” para los tiburones de los gigantescos acuarios. Y ante la tentación de lo que algunos pudieran llamar políticamente correcto, antepongamos lo que es evangélicamente correcto. Toda persona tiene algunas cosas que ocultar y que no le gustaría (ni sería correcto) que otros lo airease sin verdadera necesidad. Tener la profesión de periodista es relativamente fácil. Ser un buen periodista, un buen informador, no lo es tanto. No obstante, los hay, y muy  buenos. 

Tags: Félix G.L., Medios de comunicación // Add Comment »