¡Chapó, por un hombre!
Hace pocos días, una noticia recorría los titulares de muchos periódicos y las televisiones lo daban, también, como noticia: Vicente Ferrer había muerto. Todos los días, cada minuto, cada segundo, mueren hombres. Y la mayoría son llorados por sus familias y amigos cercanos. Aunque no todos, porque no todos tienen familia ni todos tienen amigos.