Domingo V de Pascua
(Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida)
Jesús quiere darnos todas las facilidades, a la hora de poder seguirle. Quiere quitarnos todos los obstáculos que puedan dificultarnos su seguimiento. Y para ello se nos ofrece como ejemplo para no errar el camino, para vivir en la verdad, y para saber hacer de la vida una copia de la suya, aunque sea una copia imperfecta. Por eso dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Y lo dice con motivo de las palabras del apóstol Tomás: “Señor no sabemos el camino; ¿cómo vamos a seguirte?
Esta vida tiene muchos caminos por donde cada uno puede andar. Naturalmente no todos son acertados, no todos nos llevan a donde debemos ir; es decir a Jesús. Y, a veces, es difícil la elección, porque hay caminos muy atractivos, pero que no nos llevan a Jesús.
Si Jesús es la Verdad, solamente él nos puede librar del engaño, de equivocarnos, de no acertar con lo que Dios desea de cada uno de nosotros.
Y Jesús afirma en este evangelio, que él es la vida. ¿Qué significa que él es la Vida? Que él es la Salvación, la Vida para siempre, lo contrario de la muerte.
Pero Jesús, nos dice, hoy, algo muy interesante; dice:”Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí”. Creer en Dios y creer en Jesús significa fiarse de ellos, confiar en ellos. Eliminar los miedos, porque Dios está con nosotros. Y añade Jesús: Me voy a prepararos sitio, y después volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros”.
Y esa es nuestra gran esperanza, y lo que nos debe ayudar a vivir con alegría. Tenemos asegurada la meta final, porque sabemos quién es el Camino, la Verdad y la Vida.
Pero, para estar al final de nuestra existencia temporal con Jesús, necesitamos estar cercanos a nuestros hermanos, los más necesitados, con los cuales se identifica Jesús. Porque él dijo: Cualquier cosa que hagáis a los más olvidados, los menos favorecidos, los excluidos de la sociedad del bienestar, los marginados, o los más pobres, en general, conmigo lo hacéis.
Félix González
Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida.
Nosotros somos, venimos a la existencia para ser Camino, Verdad y Vida.
La segunda venida no es otra que la humanidad volviendo al padre.
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Yo soy el Camino. Nosotros hechos Cristo somos el Camino que libremente podemos hacer hasta nuestro centro, hasta identificar al Espíritu que nos lleva de vuelta. Lo mismo que vivió Jesús, solo que él, absolutamente.
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Yo soy la Verdad. “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.” (Juan 18, 37)
Podemos oír la verdad, ser la verdad. Una es la Verdad, Uno somos.
Yo soy la Vida. “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Él es nuestra vida. Él existe porque existimos nosotros. Nosotros vivimos porque vive Él.
Gracias, Susana, por tu aportación. Si Jesús es Camino, Verdad y Vida, para nosotros. Nosotros tenemos que ser :camino, verdad y vida para otros. Podemos pedirle a Jesús: “Señor, que quien me mire, te vea”.
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