La venta del Evangelio
La monja Lucía Caram, dominica, está de moda en los medios de comunicación. No sé el tiempo que podrá estar en el convento, ni el tiempo que podrá dedicar a la contemplación (dice que es contemplativa). Pero lo que sí se puede afirmar, y no en sentido peyorativo, es que “la encontramos hasta en la sopa”, sobre todo en la Televisión.
Esta vez, la he localizado en el Diario, en una la larga entrevista (una página entera) que le hacen con motivo de su próxima aparición en Jerez de la Frontera, para hablar de “Maldita crisis, bendita oportunidad”.
Es todo un fenómeno difícil de clasificar. Pero no deja indiferente a casi nadie. Unos a favor, otros en contra. Signo de contradicción.
Una de las cosas que dice es que no hemos sabido vender el Evangelio:”No lo hemos sabido vender. El evangelio es una buena noticia, un compromiso, un estar al lado de los pobres; vivir desde la pobreza y austeridad, y no lo hemos sabido vender. Nos hemos dedicado a vender doctrinas, a controlar a la gente, y hemos hecho una religión poco simpática, poco amable. Esto ha hecho que la Iglesia se alejara de la gente”.
Yo creo que el Evangelio “no se vende”; o se vive o es letra muerta. Querer venderlo, es rebajarlo, porque a veces las cosas para venderlas, hay que ponerlas en oferta o rebajarlas de precio. Y eso no va con el Evangelio.
Esta monja polifacética, que lo mismo te habla de gastronomía (debe ser bastante buena cocinera), como te habla de la Iglesia, o ataca a los políticos corruptos o inútiles, no deja de tener su punto interesante. A muchos les entusiasma.
A decir verdad, a mí me resulta extraño el poder compaginar su vocación de contemplativa (monja de clausura y contemplativa) y su no parar de aquí para allá, dando charlas, acudiendo frecuentemente a programas de televisión, etc.
Yo no digo que no deba hacer una cosa u otra. Lo que digo es que me resulta muy difícil comprender que se puedan compaginar las dos cosas: vida activa y vida contemplativa.
Félix González
Discussion area - Dejar un comentario