Domingo I de Adviento (2014)
(Vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento)
En este primer domingo de Adviento, preparación a la fiesta de Navidad, se nos recuerda que tenemos que estar vigilantes, no adormilados y distraídos.
El Adviento supone una actividad espiritual grande que exige estar muy dispuesto y muy decidido. Vigilantes. Es un tiempo especial, un tiempo fuerte, como se le llama. No es un tiempo triste, a pesar de que prevalece el color morado en la liturgia. La Navidad, el nacimiento de Jesús, y lo que ello significa para todos y cada uno, es tan grande que merece la pena prepararse bien para celebrarlo dándole el profundo sentido de salvación que nos trae.
Si no queremos que la Navidad se nos eche encima sin apenas darnos cuenta, dejando pasar os pocos días, pero sin una verdadera preparación interior, llegará, y la celebraremos. Pero será una celebración más material, de fiesta ruidosa, alegría desmotivada, felicitaciones mutuas sin verdadero sentido. Por eso, para que sea una Navidad con pleno sentido cristiano, hay que preparar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras actitudes, llenándolas de sentido.
Para ello, la liturgia de cada día, y, sobre todos de cada uno de los cuatro domingos que la preceden, nos aportan una serie de elementos que nos ayuden a hacer esa preparación. La “corona de Adviento”, nos irá recordando cada semana, que se acerca el gran día festivo en que celebraremos la venida al mundo de un Dios infinito, que es capaz de hacerse hombre, y nacer como un niño impotente.
El Adviento es una nueva etapa, que se repite cada año, pero que hay que comenzarlo con nuevas ganas de vivirlo de verdad. Cada domingo, el mensaje de sus lecturas será un recordatorio. También la corona de Adviento nos lo recordará cada domingo que se encienda una nueva vela.
Hemos vivido ya muchos advientos. Pero ojalá que este sea el mejor vivido, el que nos acerque más a ese Dios que se hace hombre (Jesús) y cuyo nacimiento celebraremos en la Navidad.
Félix González
gracias mil y bendiciones por todos esos recursos que nos ayudan a vivir cada año mejor el adviento..
William: me alegro y doy gracias a Dios porque hay personas, como tú, que saben aprovechar todo para incorporarlo a su vida espiritual. Te deseo que vivas un nuevo Adviento lleno de la gracia del Señor.
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