Las fuentes de las murallas de Roma
Desde Roma, Ana Lucía Cardona ss.cc., comparte con nosotros un nuevo cuento: “Las fuentes de las murallas de Roma”.
La vida se derrama en las fuentes de las murallas viejas de Roma… Cuántos peregrinos y turistas sacian la sed física, pero la sed de su corazón: ¿Quién la saciará?…De repente sale una voz que grita: “yo soy la fuente de agua viva, quien viene a mí y bebe, jamás tendrá sed”…
Todos empiezan a buscar y preguntarse: ¿de dónde sale esa voz? Caminan desorientados… La voz sigue gritando, pero a ellos los ciega su ansia de poder y de tener, por más curiosidad que tengan para ver quién grita, no logran encontrar el camino… Sólo una anciana que pide limosna en la entrada de la fuente lo alcanza a ver y dice: “es un hombre bello, de ojos color miel, sus cabellos son como el trigo dorado y su sonrisa es como una puerta abierta; de su costado mana agua y sangre y me invita a entrar por él para liberarme totalmente de esta miseria física”. Nadie escucha a la anciana, pues no les interesan sus palabras, para ellos suenan a vacío.
Un niño pequeño les dice: “yo lo veo, es un hombre con mirada dulce y tiene una sonrisa llena de amor, sus manos abiertas acogen mi corazón abandonado…”.Pero a este tampoco lo escuchan… todos siguen buscando el agua viva y beben sin parar de la fuente que nunca sacia su sed…
Al otro día encuentran al pie de la fuente a una anciana y a un niño muertos, a todos los que los ven les llama la atención que en sus rostros brilla la paz y la dulzura como si algo muy hermoso hubieran vivido.
Hoy por hoy Jesús, el hombre de la voz, sigue gritando que Él es la fuente de agua viva que se encuentra en su presencia eucarística y se revela en los más humildes; para que lo busquemos y nos llenemos de Él…Pero andamos como ciegos y torpes buscando llenar nuestros corazones de cosas que no dan sentido a nuestras vidas… ¿Con qué? ¿Cuándo lo descubrimos de verdad? ¿Jesús nos da su vida y aún nos seguimos negando? ¿Hasta cuándo?
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