Corazones en red

Emmanuel, “Dios con nosotros”. ¡Qué nombre tan hermoso para Dios, y tan consolador para el hombre! Y será nuevamente el “evangelio” del profeta Isaías el que nos lo trasmita.

El nombre de “Jesús” es alentador, porque es “Salvador”. Pero no podríamos estar salvados si Dios no estuviera con nosotros, hasta hacernos hijos suyos y coherederos con Cristo.

Los griegos tenían sus dioses, que según ellos, habitaban en la cima del monte Olimpo. Allí vivían y allí se divertían, sin preocuparse para nada de los hombres.

El Dios de Jesús, nuestro Dios, no sólo se preocupa de nosotros, sino que llega a identificarse con nosotros: “lo que hicisteis con cualquiera,  lo hicisteis conmigo”.

Dios camina en la historia con el hombre; no son dos líneas paralelas que nunca llegan a encontrarse, no. Sólo tenemos una historia. No podemos hablar de una historia de salvación, por una parte;  y otra historia distinta de la vida humana. Es la misma y única historia que vivimos, y en la cual Dios nos va salvando. Lo mismo que le ocurriría al pueblo de Israel. Dios se iba dando a conocer a través de los acontecimientos y situaciones del pueblo, a través de su historia.

¡Qué alegría y qué tranquilidad saber que Dios es “con-nosotros”! Y eso es lo que celebramos en la Navidad. Lo dice muy bien el prólogo del evangelio de Juan: …”se hizo hombre y habitó entre nosotros” (puso su tienda junto a la nuestra).

“Dios-con-nosotros”, significa que está a favor nuestro, que es consejero y defensor; significa, también, que está dentro de nosotros, guiando nuestros pasos, iluminando nuestra vida; significa que está con todos los que quieran acogerlo (…pero a cuantos lo recibieron, les hizo capaces de ser hijos de Dios, si creen en su nombre”- Jn.1, 12).

Solamente no se benefician, aquellos que no lo quieren recibir (“Vino a los suyos y no lo recibieron”– Jn.1, 11).

Con estas palabras nos anuncia Isaías al Emmanuel (“Dios-con-nosotros”), a quien el Nuevo Testamento llamará Salvador (Jesús): “El Señor mismo os va a dar una señal; la virgen está encinta, y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel” Is.7.14.

Cuando alguien está de acuerdo con otro, y le apoya… suele decir:”estoy contigo”. Eso es lo grande de Dios respecto a nosotros. También Él dice:”estoy contigo”.

Me decía una persona, en una ocasión: “Me he enfadado con Dios”. Yo la respondí: “Pues estate segura de que Dios no se ha enfadado contigo”. ¿Por qué será?

                                                                                                             Félix González

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