Pastillas para el dolor ajeno
En un buen número de farmacias (si no en todas), desde hace un tiempo se anuncian y venden por un módico precio de un euro, “pastillas para el dolor ajeno”. La primera vez que lo descubres, te deja perplejo. Después caes en la cuenta de lo que en realidad se trata, y te dices a ti mismo: ¡qué idea tan original! Y no es que al tomarte tú las pastillas estés quitando el dolor o la necesidad a otros; pero sí que contribuyes a ello con ese euro que has pagado.
Yo pienso que como somos tan olvidadizos o tan poco generosos cuando se trata de ayudar a los demás, de vez en cuando alguien o algo nos recuerdan que estamos en deuda. Cualquier sistema sirve para nuestra desmemoriada cabeza y nuestro duro corazón. Lo ideal sería que no hubiese que recordarnos algo tan elemental e importante en la vida de cualquier persona y especialmente de un cristiano.
Realmente, las dichas pastillas no son nada del otro mundo, pero el destino de ese euro, sí que es para el otro mundo (el tercero o cuarto).
No sé cuántas personas habrán colaborado con esta iniciativa. No lo sé. En todas las farmacias hay siempre gente buscando remedio para sus males. Normalmente hay que esperar para que te atiendan. A la mayoría de las personas, un euro no les supone un gran desembolso, pero tal vez falte sensibilidad.
Uno de los riesgos más fuertes y más destructores es la pérdida de la sensibilidad, para lo que sea. Es un auténtico virus informático que destruye todo el disco duro de nuestro corazón. Y existe para repararlo un solo antivirus: volver a llenar el corazón de interés por los demás; olvidarse un poco (mejor, un mucho) de nosotros mismos, y descubrir la existencia de otros, que también necesitan nuestra atención. Sólo así surgirá la solidaridad. Las “pastillas para el dolor ajeno” son pura solidaridad, desde la sensibilidad.
Decía que una de las pérdidas más importantes que están sucediendo en la vida actual, es esa pérdida de la sensibilidad, que conduce a la indiferencia, y que tiene como causa el egoísmo, que a su vez es lo más antagónico al amor.
Un mundo sin sensibilidad, es un cuerpo sin sistema nervioso, incapaz de reaccionar ante los estímulos. Y ese es el comienzo de la muerte de todo el tejido comunión, de solidaridad, de caridad, de “projimidad”.
En contraposición con lo dicho, ha surgido una mayor, y creciente, sensibilidad hacia el mundo animal y el medio ambiente, que es laudable, pero que no puede sustituir, ni anular, al mundo de las personas.
Félix González
Estas pastillas, o cualquier otra forma de actuación para no quedarse inmóvil ante las situaciones injustas, quitarán en su medida el dolor ajeno, sí, pero sin adormecernos, y también conseguirán que nos duela menos a nosotros. Porque una parte nuestra vive en los otros y debemos ajustarnos a que esa parte tenga mayor proporción cada vez.
No puede suavizar el dolor el haber hecho algo, sino el no dejar de hacerlo.
Hola Félix, me parece una muy buena iniciativa al que se le ocurrió ésta genial idea!!, Si con esto se nos despierta nuestro corazón para abrirnos un poco más a la caridad, bienvenida sea,,, el Señor se sirve de todo!!!!
Quizás para algunos éste sea el comienzo para descubrir e ir creciendo en ésta virtud sobrenatural como es la caridad!!, que se nos ensanche el corazón de Amor, y con la ayuda de la gracia divina, descubramos en el prójimo necesitado a Dios!!!
Permíte que te pida que nos hagas cuando puedas una reflexión del “Himno a la Caridad” de S.Pablo a los Corintios!!!
Agradecida, recibe un caluroso abrazo/Pilar
Susana: cualquier cosa que pueda reducir, al menos, el dolor de los demás, debe ser bien venido. La pena es que haya que recurrir a esos benditos inventos para aliviarlos. ¿No nos bastaría con saber que nuestros hermanos sufren, y tratar por todos los medios de solucionarlo en la medida de nuestras posibilidades, que son mayores de las que creemos?
Querida Pilar: una vez más, gracias por tu aportación, siempre rica y enriquecedora. En cuanto a lo del “himno de la Caridad”, trataré de complacerte cuando pueda. Pero lo importante es meditar bien y aplicarse las palabras del Apóstol .
If enough private lenders go along, that triggers the inter-governmental side of the plan: new official loans to cover Greece’s ongoing budget deficit and replace debt coming due. The terms include a lower interest rate on bailout loans as well as various other kinds of European Union taxpayer subsidy. If too many private lenders opt out, it’s back to the drawing board. Ditto if voters in Greece force the government to renege on promises to cut the minimum wage, make advance debt-service payments into an externally monitored account, change the constitution to prioritize debt repayment, accept oversight of public accounts by an on-site team of EU officials, and more. That’s only a partial list of what might still derail the agreement. Even if it sticks, its designers don’t sound confident it will work. An official analysis leaked to the Financial Times discusses a “tailored downside scenario,” which looks more like a plausible central case.
Wonderful post man i loved it IDM Serial Key
Pastillas para el dolor ajeno” translates to “Pills for other people’s pain.” It’s a profound phrase that reminds us of the power of empathy and compassion. Instead of merely offering solutions to our own problems, let’s strive to be a source of comfort and support for others, even if we can’t fully understand their pain. In a world that often seems self-centered, let’s be the ones who selflessly care for and alleviate the suffering of those around us. Together, we can make a significant difference in each other’s lives and create a more empathetic and understanding society.