Viernes Santo

A las tres de la tarde, a la hora nona, muere Jesús, clavado a martillazos en el duro y tosco madero. Con la sien traspasada por espinas, el costado supurando sangre y agua, y la garganta reseca por la sed. Ya no hay palabras; solo un último estertor, al tiempo que un murmullo, apenas perceptible, […]