El Adviento necesario
Hemos terminado el año litúrgico. Y lo terminamos con la fiesta de Cristo Rey, en la cual pedíamos: ¡Venga a nosotros tu Reino: de amor, de justicia y de paz! Hoy, en este primer domingo del Adviento que comenzamos, la lectura del Evangelio resalta la necesidad de estar alerta, estar vigilante, ante la venida del Señor: “Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!”. (Mc. 13, 33)
Hay que estar despierto, para que podamos descubrir al Señor que llega de mil formas y maneras, en cualquier momento, inesperadamente. El Adviento es un tiempo de esperanza; esperanza de que nos llega la liberación que es Jesús. Y mientras alguien, el más insignificante de los hombres, viva desterrado, sin libertad, en opresión y sufrimiento, tenemos necesidad de seguir celebrando el Adviento. Podemos y debemos preguntarnos: ¿Hay alguien que actualmente siga viviendo en el destierro?¿Hay personas que sufren opresión, esclavitud, miseria, persecución, marginación social? Seguro que se cuentan por millones. Sobre todo los más débiles e indefensos (mujeres, niños, pueblos enteros subdesarrollados).
Es vergonzoso que hoy día, después de dos mil años de cristianismo, creyéndonos un mundo civilizado, haya niños esclavizados, niños vendidos, niños militarizados, tratados como mercancía barata, niños y mayores muriendo a miles, cada día, de hambre. Ante esta situación desesperada estamos tentados de una actitud desesperada, los “sin techo”. ¡Tantos Advientos celebrados! y las cosas no solo no cambian, sino que van de mal en peor. Creo que podemos avergonzarnos del siglo en que vivimos. Pero no podemos perder la esperanza en Dios y en el hombre. Tenemos que seguir gritando: “Ven, Señor Jesús. Ven salvador”.
Somos personas de esperanza, seguimos creyendo en la capacidad de compasión del hombre; pero, sobre todo, creemos en la promesa del Salvador. Tenemos que seguir creyendo en la solidaridad. Por eso seguimos celebrando el Adviento, no solo porque se acerca la Navidad, sino, sobre todo, porque es una necesidad, es un imperativo ineludible.
El mundo en que vivimos está lleno de violencia, odio, egoísmo, tristeza y soledad. Pero sigue existiendo la bondad en muchas gentes anónimas, con gestos significativos de amor, de entrega, de cercanía a los desheredados. “Dios viene siempre, y siempre está por venir”. A veces no es perceptible en medio de tanto caos. Viene en la Palabra y en los Sacramentos, viene en el hermano pobre y desvalido. Pero hay que vigilar, hay que escuchar, hay que amar. Vivir el Adviento es vivir y dar esperanza: la esperanza de un Salvador.
Félix González, ss.cc.
United airlines reservations
American airlines reservations
quickbooks support number
quickbooks customer service number
american airlines reservation
alaska airlines reservation
United airlines reservation
Southwest Airlines customer service