Tolerar lo intolerable
Todo lo que a continuación se dice, se tolera, aunque sea intolerable. ¿Dónde está la lógica, el sentido común, la justicia? Son parte de una reflexión que hace Pérez-Reverte.
“¿CÓMO ES POSIBLE QUE el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes, y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura)?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE un ciudadano tenga que cotizar 35/40 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE el ingente dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos pesebreros, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año? “
PUES TODO ESO, Y MÁS, ES POSIBLE Y REAL, aunque NO se pueda comprender fácilmente.
Se podrían añadir otras muchas incoherencias (más bien injusticias). Pero para muestras basta un botón. Cada uno puede añadir a esta colección de dislates, otros muchos que seguramente conocen bien o sufren en sus propias carnes.
La justicia regula los derechos de las personas. Y cuando esos derechos se incumplen, nace una situación de injusticia, lesionando a las personas en su dignidad.
Me viene a la memoria una de las Bienaventuranzas evangélicas: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Pero no creo que los poderes de este mundo sean capaces de “saciar” ese hambre y sed de justicia. Sin embargo las palabras de Jesús tendrán que cumplirse. ¿Cómo y cuándo? Habrá que agarrarse tenazmente a esas otras palabras de Jesús:”El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”
Félix González
Primero tendremos que aceptar que el que está abajo tendrá comportamientos similares cuando se halle arriba.
Que ¿cómo es posible que…? porque llevamos en el ADN esa inquietud por subir y desoímos al que propuso con su vida y su palabra que nos humillaramos.
“Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.” (Flp 2,6-8)