Corazones en red

El Evangelio de Lucas (6, 39-42), me da pie a esta reflexión. Dijo Jesús: ¿Por qué te fijas en la mota que lleva tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacarte la mota de tu ojo, cuando no ves la viga del tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás distinguir para sacar la mota del ojo de tu hermano”.

Ver la paja en ojo ajeno, es una expresión que hace referencia a la parábola bíblica que  se utiliza para indicar que, a menudo, quien juzga o critica tiene las mismas faltas (o incluso en grado mayor) que las que censura en los demás.

Viene a cuento, a raíz de la última nota emanada de la “Congregación vaticana para la doctrina de la fe”, en la que vuelve a insistir, obsesionada, en la figurada equivocación de los teólogos y sus enseñanzas. La dicha nota afirma que son los obispos los únicos que tienen la potestad de interpretar válidamente la ortodoxia de la doctrina. Y consecuentemente, surgen las condenaciones, las advertencias y la descalificación de los mejores, los más sobresalientes (los más arriesgados en el estudio serio y ponderado).

Actualmente, hay una serie de teólogos que están advertidos, condenados o reprendidos, al mismo tiempo que censuradas sus obras. ¿Por qué no dejar vía libre a la investigación, a la interpretación, a una mejor y acertada explicación, tanto en lo referente a la dogmática como a la moral? Ninguno de esos teólogos afirma ser “dogma de fe” su enseñanza. No cabe duda de que muchas cosas son susceptibles de una mejor comprensión, de una puesta al día, de un estudio más profundo y unos resultados más coherentes y aceptables para la mentalidad actual. Ni el Papa en sus decisiones y comentarios personales es infalible, ni, mucho menos, lo son los cardenales y obispos. Y además, repito, no se trata de definiciones dogmáticas (lo que hacen los teólogos), sino que lo que facilitan es avanzar en la interpretación de esas mismas., para una mejor comprensión; lo que se llama la “evolución del dogma”.

¡Qué pena que haya tanta suspicacia, tan poca confianza en las personas, tanta rigidez en los procedimientos y tantas pegas para la sana investigación!

Habría que aplicar las palabras de Jesús a tantos que ven la mota en el ojo ajeno, pero no ven la viga que llevan en el suyo (y que les impide tener una sana visión). Que empiecen por poner en orden (primero sus mentes) la curia vaticana, los títulos honoríficos, los capisayos ridículos para hoy día, la ostentación, el inmovilismo; que empiecen por poner en práctica, primero, esa bella bienaventuranza:”Dichosos los limpios de corazón…”; limpieza de miras, limpieza de intención, limpieza de prejuicios, limpieza de corazón…

Hay sospechas fundadas de una lucha sorda, pero real, por el poder, por los privilegios, por destacar, en el entorno del Vaticano, de la curia vaticana. ¿Quién dijo que el Papa estaba “rodeado de lobos”? Parece una afirmación desmesurada (no es mía), pero como dice el refrán castellano “algo tendrá el vino, cuando lo bendicen”

                                                                                                          Félix González

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