Corazones en red

(Una ficción que podría ser realidad)

Marta es una de tantas niñas que van a hacer su Primera Comunión dentro de unos días. En su casa se respira la fiesta: traje, regalos, invitados, banquete… Ella lo vive intensamente, esperando que llegue el día señalado. Sueña con ese día. Se ve vestida de “novia” como le dicen las amigas que ya lo han celebrado anteriormente, se ve casi oculta entre un montón de regalos: el reloj de pulsera (que nunca ha tenido), la play, el último modelo de “móvil”,  que tanta ilusión le hace porque su íntima amiga lo tiene, y hasta un viaje a París para disfrutar de Disneylandia, amén de otro sin fin de cosas que su ilusión imagina. Los padres no se recatan de hablar constantemente, delante de Marta, de todos los preparativos. También hay que contar con el fotógrafo y el Video.

Hace unos días, Marta ha celebrado con sus compañeras el Sacramento de perdón en su parroquia, (se ha confesado por primera vez). Pero los padres no le han dado demasiada importancia, casi ninguna, pues no ha habido ningún signo que resalte ese día importante.

Según se acerca el día, los sueños y la ilusión aumentan. Tengo curiosidad por lo que verdaderamente le hace ilusión en ese día que espera. ¿Qué es lo que más valora? Quiero saberlo por mí mismo, y voy a aprovechar la primera vez que me la encuentre (vive cerca de mi casa) para hacerle unas preguntas. Y la ocasión se presenta pronto.

— Hola, Martita. Me han dicho que vas a hacer muy pronto tu primera Comunión. ¿Es cierto?

— Claro que es cierto, y estoy muy contenta, deseando que llegue ese día.

—Y ¿por qué estás tan contenta?

— Porque dicen mis padres que voy a recibir muchos regalos, que vamos a tener un banquetazo en un restaurante… y además, me voy a vestir de novia.

— ¿De novia? ¿Es que te vas a casar? Ella ríe mi ocurrencia, con cierta candidez, y enseguida responde:

— No; lo que voy a hacer es la Primera Comunión. He hecho la catequesis durante dos años, en mi parroquia.

— Bueno, bueno, pues enhorabuena. Pero ¿podrías decirme que es lo más importante que vas a hacer en ese día?

— Me ha dicho la catequista que voy a recibir a Jesús. Mis padres están muy preocupados por sus trajes, el convite, el número de invitados. Dicen que sale muy caro hacer la Comunión; que menos mal que es sólo una vez.

— ¿Y vas a seguir yendo a la catequesis, en tu parroquia?

— Dicen mis padres que para qué, si ya habré hecho la Comunión. Que hay que aprovechar el tiempo. Han pensado llevarme a clase de inglés a esa hora, y a clase de baile.

— Bueno Martita, te repito mi enhorabuena. Que disfrutes mucho con Jesús.

Le di la enhorabuena con mucha pena. Pero a los padres no se la hubiera dado.

Nota: Debo decir que esto no refleja a todos los padres, ni siquiera a todos los niños. Pero sí a un gran número de unos y otros.

                                                                                                        Félix González

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