¿Caminando hacia una nueva “cenicienta”?
Con algunos de nuestros Obispos, no gana uno para sustos. No hay día en que no te llegue noticia de algún desaguisado. Esta vez la noticia nos llega de la Diócesis de Málaga. Y me duele más porque allí ejercí mi sacerdocio ministerial durante seis años, con libertad y entusiasmo. Aquí sí que puedo decir con el poeta, que “cualquiera tiempo pasado fue mejor”.
¿A qué me estoy refiriendo? ¿Cuál es la noticia que me ha dejado asombrado y triste? Sencilla y llanamente ésta: El Obispo ha manifestado su deseo, y urge a que sea cumplido, de que El sacramento de la Confirmación sea recibido a la edad de 7 años, en segundo de Primaria. Para lo cual, el niño se empieza a preparar en Primero, con 6 años. Lógicamente, todo antes de la Primera Comunión. Así, sin aditivos ni conservantes.
Me pregunto: ¿por quién se dejan aconsejar algunos obispos? O, mejor, ¿se dejan aconsejar? La figura del “señor feudal” de tiempos pasados, se repite en la figura de algunos obispos. ¡Qué pena para una Iglesia que quiere salir de su vaciedad y aislamiento, para encarar el futuro con una “Nueva Evangelización” (el tema de fondo que ha elegido el Sínodo)!
Según mi información, bien contrastada, ya hay bastantes parroquias que están secundando el deseo del Obispo malagueño. Sé que otros párrocos se resisten, y de momento no lo aceptan. ¡Todavía quedan cabezas lúcidas, que lejos de caer en el servilismo hacia la autoridad, son capaces de anteponer el buen sentido común y una pastoral sobre la Confirmación, que tanto ha costado dignifica, durante muchos años.
Hace años, cuando yo era niño, los obispos aterrizaban en los pueblo cada varios años, y aprovechaban la ocasión para confirmar a todos los niños. Yo así me confirmé (en una gleba de varios cientos). Poco a poco, se fue imponiendo el criterio de que este sacramente tenía verdadero sentido cuando el joven era capaz de “confirmar su fe bautismal” de manera personalizada. Para lo cual se exigía, no sólo una buena preparación, sino también una edad apropiada, y haber demostrado su decisión de responsabilizarse en algún apostolado. ¿Es posible eso a los siete años? Pregunten a sicólogos y docentes.
A mayor abundamiento, le han oído decir al susodicho prelado (y la fuente sigue siendo fidedigna) que tanto las catequesis a los padres, con motivo del bautismo, como de la Primera comunión, no dejan de ser una manipulación de dichos padres. ¡Dios nos coja confesados!
Como he dicho antes, tengo un recuerdo imborrable de mi paso en una parroquia, en Málaga; pero también digo que no quisiera encontrarme allí en esta situación. ¡Dios ayude a sus párrocos para que no les sirva de desaliento en su labor.
Félix González
Me da bastante tristeza oír estas cosas.
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Yo me confirmé de esa manera y tengo que decir que ni me enteré ni sabía lo que hacía, fui consciente de este sacramento de mayor (porque tuve esa suerte otros no la tienen)
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A veces los caminos de Dios no son los caminos de los hombres. Pido a Dios la fuerza de su Espíritu para que ilumine a su Iglesia y a sus dirigentes
Ana: corren tiempos revueltos para la Iglesia, tanto en su base como en su cúspide. El Espíritu Santo tendrá que emplearse a fondo para hacer una reconversión evangélica. De poco sirviría un simple lavado de cara. Sigamos sin perder la esperanza.