¿Pudo ocurrir así?
San Marcos nos cuenta la llamada y respuesta de algunos de los primeros discípulos (apóstoles) de Jesús. Pero ¿pudo ocurrir así, o tiene un significado oculto que hay que desvelar? Pienso que así no pudo ocurrir. Leamos, primero, la perícopa del Evangelio que nos lo narra.
“Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar la Buena Noticia de Dios. Decía: —Se ha cumplido el plazo y está cerca el reinado de Dios. Arrepentíos y creed en la Buena Noticia. Caminando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes al lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: —Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres. Al punto, dejando las redes, le siguieron. Un trecho más adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes en la barca. Inmediatamente los llamó. Y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con él”. (Marc.1, 14-20)
Yo pienso que ocurriría de esta otra forma. Jesús, en sus comienzos, antes de comenzar su misión, quiere rodearse de un grupo (una comunidad). Serán los apóstoles. Con ellos compartiría sus convicciones, sus proyectos… todo. El cristianismo se vive en comunidad. Por otra parte, tenía que preparar un grupo que continuase la misión que había comenzado.
Desde el principio se ve que no busca grandes sabios, ni grandes potentados, ni gente famosa, ni clérigos y sacerdotes del judaísmo. Sus colaboradores serían gente sencilla, para que resaltase mejor la fuerza del mensaje.
Me imagino que al pasar junto al lago de Galilea, y ver a algunos pescadores, se les acercó. Les habló de sus proyectos, y les invitó a unirse a él, para llevarlo a cabo. Les diría que lo pensasen, y que ya volvería a preguntarles lo que habían decidido. Y siguió du camino de búsqueda. Mientras tanto, aquellos pescadores, lo pensarían, hablarían con sus familias, y se decidieron. Por probar no se perdía nada. Además, aquel joven que se acercó a ellos tenía un poder de convicción extraordinario, hablaba convencido de lo que quería, y comunicaba confianza, al mismo tiempo que mostraba una gran autoridad.
Al cabo de algún tiempo, algunos días, Jesús volvió a recoger la respuesta. Y esta fue positiva. Le siguieron. La vocación (la llamada) es una invitación que requiere una respuesta positiva, bien pensada y fiándose del que llama. Es impensable que a la primera, y de inmediato, le siguieran, sin antes pensarlo, y consultarlo con sus familias.
¿Qué significa, entonces, lo que leemos en el evangelio:” Al punto, dejando las redes, le siguierony dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con él”?
Creo que significa la prontitud con que hay que acoger las llamadas, y los planes de Dios, sin precipitación, pero con seriedad. Dios respeta la libertad del hombre, no le atosiga en la respuesta, da tiempo a que sea una decisión madurada. Y después, prontitud en el seguimiento, sin echar la mirada atrás.
Félix González
Llama, llama.
Nos hace para vayamos viniendo a nuestra identidad mayor: Dios.
Venid y lo veréis; sígueme; sed Uno; nadie va al Padre si no es por mí; soy el Camino; sed como yo mansos y humildes; sed perfectos; sin mí no podéis hacer nada; yo soy la Vid y vosotros los sarmientos – que son también la vid-;…
.
Llama, llama.
Para que despertemos inmersos en Cristo, imbuidos de Cristo, culminados en Cristo, solventes por Cristo; hermanados con todos porque ya está cocluido por Cristo y vivos en Cristo.
.
Desde luego, que esto tiene su ‘tempo’.
Todo reuiere su tiempo. No cabe duda. Y la obra de Dios en nosotros, también lo requiere. Tenemos toda la vida; no es obra de un día. Dios tiene paciencia.