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¿Se puede considerar como obligatorio el precepto de “Oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar”, como reza uno de los mandamientos de la Iglesia? ¿Verdadero o falso? Falso.

No se debe hablar de “obligación”, sino, más bien, de “necesidad”. Lo que es obligatorio, no es voluntario, y se puede hacer sin desearlo, por rutina, o con desgana, sólo por cumplir. Y ya se sabe lo que puede traducir por cumplimiento (cumplo y miento).

Una persona creyente tiene que sentir la necesidad de alimentar su fe, de enriquecerse con la gracia sacramental, de celebrar algo tan importante como es la Eucaristía (compartir la fe con los hermanos, orar a Dios, alimentar su vida cristiana).

Por todo ello, nunca debería haber un precepto, un mandamiento, sino un estímulo, una invitación.

Es muy posible que si no existiese el mandato, mucha gente dejaría la celebración dominical; lo cual indica el poco o nulo aprecio de algo que es fundamental en la vida del cristiano.

Cuando Jesús dice a los apóstoles: “Haced esto en recuerdo mío”, no quiere dar un mandato obligatorio, sino dar la oportunidad (al repetir su gesto) de disfrutar de su presencia eucarística, de alimentarnos espiritualmente del modo más completo.

Hay alimentos en la vida, que se toman sólo por placer; pero hay otros que son necesarios para un buen equilibrio de la salud corporal. Así mismo, en la vida del espíritu podemos hacer muchas cosas por devoción, pero la Eucaristía no se hace por devoción, sino porque la necesitamos.

Por otra parte, la Iglesia, puede sugerir, aconsejar, y estimular ciertas prácticas, pero nunca obligar. Desgraciadamente, nuestra Iglesia ha tenido la mala costumbre de poner muchos preceptos, muchas obligaciones, que los cristianos hemos aceptado, pero que no hemos integrado.

De ahí, han surgido una serie de posturas o preguntas sin sentido. Como, por ejemplo, cuando alguien pregunta: ¿me vale esta misa para mañana?

La respuesta que yo he dado algunas veces es la siguiente:”Lo que no me vale es la pregunta”.

Se da con mucha frecuencia, en gente piadosa, el hecho de confesarse por no haber ido a Misa un domingo. La causa era por estar enferma o por estar de viaje, etc… Queda todavía el concepto de la obligación (incluso cuando no es posible).

Félix González

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