Una nueva Babel, en nuestros días
Según dice, o da a entender, la Biblia, concretamente en el libro del Génesis, la torre de Babel fue construida para desafiar a Dios, y defenderse de un nuevo diluvio; aunque no se terminó, ya que los constructors no lograban entenderse. Era como si hablaran lenguas distintas, incapaces de comprender lo que decía cada uno. Por eso, cuando hay gente de un grupo que no se entiende, se dice que aquello paree la torre de Babel.
Pues bien, hoy estamos viviendo una nueva Babel entre las diversas fuerzas políticas. Los partidos tratan de entenderse entre pactos y ententes. Pero no lo logran, porque cada uno va a lo suyo, a coger la mejor tajada, sin tener en cuenta que es el pueblo quien debiera salir beneficiado, y no ellos.
Hablan lenguas distintas según el oyente a quien se dirigen, según los intereses en cada lugar, y según el momento y lugar donde se hable. Y eso, en una vedadera democracia, no es de recibo.
Les extraña a los politicos el no ser estimados por la mayoría del pueblo; pero la verdad es, que la desconfianza y el poco aprecio, se lo han ganado a pulso.
Si no se buscasen los propios intereses y privilegios, seguramente sería más fácil llegar a entenderse. Eso supone tener que ceder algo de lo que consideran como derechos adquiridos, y que son, más bien, privilegios nacidos de más o menos papeletas en las hurnas.
Seguirán haciendo cábalas para ver dónde y cómo se pude sacar mayor provecho para el propio partido, sin que el pueblo cuente. Muchas promesas hechas durante la campaña, pero una vez abiertas las hurnas, lo que interesa es buscar posiciones para mandar (que no es lo mismo que gobernar).
Una vez más sufriremos una nueva “Torre de Babel”; y esta vez con mayor razón, debido al reparto que ha proporcionado una nueva perspectiva: los de siempre ha obtenido menos poder, y los de nunca, han logrado situarse en condiciones muy favorable. Pactos, ententes, acuerdos, luchando por salir a flote. Pero, por ahora, prevalence el desacuerdo.
Félix González
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