Corazones en red

(Sólo Tú tienes palabras de vida eterna)

Hoy, la frase más fuerte del evangelio es esta que dice Jesús a sus apóstoles: ¿También vosotros queréis abandonarme? Y ¿por qué les dice esto, Jesús? Sencillamente, porque hubo un número considerable de personas que le seguían, y le escuchaban, pero que cuando Jesús les habló de ciertas cosas, algunas exigencias para seguirle, algo que les resultaba difícil de comprender, le abandonaron. Dice el evangelio que ”desde entonces, muchos discípulos suyos se volvieron atrás, y ya no andaban con él”.

Y es que seguir a Jesús supone un compromiso serio, y renunciar a ciertas cosas. Y no todos están dispuestos a ello.

Entonces Jesús quiere estar cierto de que sus doce apóstoles están decididos a seguirle, y no les echan atrás las palabras de Jesús. De ahí la pregunta:¿También vosotros queréis dejarme?

Hoy día ocurre (y, tal vez, haya ocurrido siempre) que hay personas, creyentes que van perdiendo su fe, o al menos, la vivencia de la fe, porque no están dispuestas a asumir ciertas cosas que pide el ser cristiano. Prefieren la comodidad de no comprometrse, en nada que exija una renuncia o un esfuerzo. Y, naturalmente, poco a poco, la fe se va apagando, hasta desaparecer, o hasta ser inoperante. Muchos de los llamados cristianos, no practicantes, están en esa situación, o a punto de caer en ella.

Ante la pregunta de Jesús, responde Pedro, en nombre de todos : “¿a quién iremos? Solo tú tienes palabras de vida”.

Hoy hay mucha gente, sobre todo gente joven, que se sienten atraidos por los idolos de la canción, o por personajes que están en lo más alto de la fama. Y les siguen con entusiasmo, haciendo los mayores sacrificios. Tratan de imitarlos, de seguir sus vidas, de saber su historia personal, etc. Algo les atrae de ellos. ¿Por qué Jesús no los atrae, al menos con la misma fuerza? O no le conocen bien, o se han desorientado totalmente.

En los adultos suele ser otro tipo de razones, como la comodidad, o una fe mal orientada, si es que existe.

Si Jesús nos preguntase, como a los apostoles: ¿También vosotros quereis abandonarme? Digámosle con todo el corazón: ¿A dónde iremos. Solo tú tienes palabras de vida”

Félix González

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