Corazones en red

La celebración de la Navidad, con todo lo que lleva de fiesta, de lucernario callejero, de vacaciones, de mutuas felicitaciones, de ambiente especial, etc, se debe exclusivamente al hecho del nacimiento de Dios en este mundo, hecho hombre. Esa es la causa, el motivo, de tanta celebración.

Pero, a veces, el paso del tiempo pervierte las cosas, se cambian las motivaciones, se olvida la razón de ser de las cosas y de los acontecimientos. Se suele decir que el tiempo lo olvida todo. ¡Qué pena si es así! Ya que hay muchas cosas que merecen seguir celebrándose, hay muchos recuerdos que no debieran ser olvidados nunca. Somos hijos del pasado. Todo pertenece al pasado. El futuro no existe, y el presente tampoco, ya que se pasa en cuanto lo pronuncias. Por eso no se puede olvidar el pasado.

Y lo importante es que sepamos actualizar ese pasado; siempre puede haber una “liturgia” para cada cosa importante de pasado. Recordamos lo bueno, para tratar de repetirlo o actualizarlo; y recordamos lo malo, para no tropezar en la misma piedra.

Hoy, las fiestas navideñas, no obedecen, para mucha gente, a la misma motivación. Ya el Nacimiento de Jesús, se olvida con gran facilidad. Y queda la fiesta, vacía de contenido y, sobre todo, de motivación.

Si no hacemos presente en el recuerdo, y en la vivencia personal y comunitaria, el Nacimiento de Dios, en parámetros humanos, no tenemos derecho a celebrar las navidades, porque no hay nada que celebrar.

Félix González

Tags: Félix G.L., Reflexiones // 4 Comments »