Elecciones a la vuelta de la esquina
Desde que se sospechó, y después se confirmó, el adelanto de las elecciones en Andalucía, todo el mundo ha reivindicado su derecho a opinar. Pero no tanto refiriéndose a quiénes deben ser elegidos (personas, partidos, plataformas, etc…), sino más bien sobre las razones, o sin-razones, habidas para adelantar los comicios.
Mientras unos opinan que la determinación viene tomada por intereses personales de quien puede ejercer el derecho a convocar, otros opinan que son intereses de partido, o simplemente no se quiere dar más tiempo a “podemos” a colocarse mejor. Hay opiniones para todos los gustos. Pero la decisión está tomada, y eso no tiene marcha atrás.
Independientemente del hecho irrevocable, lo importante no es tanto la razón o motivo por lo que se adelanta la fecha, sino el tener más o menos claro a quién votar. Eso es lo importante de cara al futuro.
No nos ocurra como en la fábula de Iriarte, en la que dos conejos se ponen a discutir sobre la raza de los perros que les persiguen: ¿eran galgos o eran podencos? Durante la discusión llegaron los perros, y, a los dos conejos se los comieron. (En esta disputa / llegando los perros, / pillan descuidados a los dos conejos).
Ahora se trata de valorar las ofertas de los partidos; cuál es la garantía de que podrán y querrán llevar a cabo sus promesas; ver si su programa puede coincidir, en su mayoría al menos, con nuestros criterios, ética y convicciones.
No nos dejemos llevar de las encuestas sobre intención de voto. Eso sería caer en el “¿dónde vas Vicente? Donde va la gente?
Tratemos de romper esa tendencia, si es que no la vemos justa, honesta o en consonancia con nuestra manera pensar.
Hay quien dice que un voto no tiene fuerza para cambiar una tendencia. Sí y no. Pero sí, la suma de uno más uno, más uno…. Dice el refrán que “un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero”.
Votemos lo que votemos, tratemos de ser responsables, aunque nuestro voto solo resulte testimonial.
Félix González
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