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Para una reflexión y discernimiento sobre la Celebración de la Eucaristía dominical.  (Se debe contar con un grupo de reflexión y discernimiento, que podría ser la misma Comisión  de Liturgia con los sacerdotes,  y una información previa a la gente que viene a la Eucaristía antes de empezar a ponerlo en práctica).La reflexión podría girar en torno a:             

I.-  La Eucaristía dominical debe ser:

1-     FESTIVA: Alegre, no aburrida, sin tensiones, sencilla, con canto en lo posible y diálogo fraterno.

2-     COMUNITARIA: Sin protagonismos clericales, con participación de toda la asamblea, celebrada por todos y para todos: niños,  jóvenes y adultos.

3-     Acción de una comunidad SACERDOTAL: No olvidar el aspecto sacerdotal de la asamblea, que concelebra con el presidente y ejerce ante Dios su humilde intercesión.

4-     PARTICIPATIVA:  No pasiva, ni simplemente oyente. Que haya una máxima participación de los laicos en los distintos servicios y ministerios. Es mejor que muchos hagan poco a que pocos hagan mucho.

5-     ADAPTADA. Tener en cuenta qué clase de personas forman la comunidad que celebra (gente sencilla, gente sin formación, gente de cumplimiento o comprometida, barrio elitista o barrio marginal…

6-     CONCELEBRADA: Que no se tenga la sensación o creencia de que el sacerdote es quien “dice” la Misa para que los demás la “oigan”; o que el sacerdote celebra y los demás asisten. Que todos tengan conciencia de que están “celebrando” o “concelebrando” la Eucaristía. El sacerdote preside.

 7-  VIVA: Que se traiga la vida y se lleve a la vida. Que influya en la vida, tanto personal como comunitariamente.

8-  COMO PUEBLO DE DIOS: Sintiéndose miembro del Pueblo de Dios; miembro de toda la iglesia; estando en comunión con ella.

II.-Algunos aspectos importantes a tener en cuenta:

• Antes de empezar la Celebración, conectar con la gente (saludar, interesarse por algunos casos, ver si hay gente nueva para acogerla, invitar a la participación…
• Al terminar la Misa, información sobre problemas y soluciones: casos de mucha pobreza, de enfermos, de defunciones, de desgracias. Acontecimientos positivos, bautizos, bodas, …
• Homilía participada
• Cercanía del pueblo al Altar
• Perdón participado
• Oraciones mas apropiadas que las oficiales
• Plegaria eucarística compartida (con más respuestas de la Asamblea) Ver, a modo de ejemplo, alguna de las Misas de Niños que se encuentran en el Misal).

III.- Una Celebración de la Eucaristía, un domingo normal, a modo de ejemplo

• Haber revisado anteriormente las Oraciones, y si es necesario, cambiar las expresiones que puedan no entenderse, o no están de acuerdo con un sentido catequético.
• Antes de empezar la Eucaristía, el sacerdote, saluda brevemente a las personas, especialmente las nuevas, los niños, los ancianos o enfermos.
• Procurar que se ocupen los primeros bancos.
• Que los asientos estén relativamente cercanos al altar, para que haya una continuidad entre el que preside y el pueblo.
• Si es “Misa con Niños” procurar poner a los niños adelante donde puedan seguir la celebración más fácilmente.(Si están más atrás no ven y se distraerán más fácilmente)
• Que se vayan acostumbrando a dar el nombre de las personas difuntas por las que quieran que se pida en el “memento de difuntos”, al llegar a la iglesia.
• Insistir en que se llegue unos minutos antes de empezar la Eucaristía
• Comenzar la celebración saludando más en general a todos.
• Monición de entrada leída por un monitor(a). Lo mismo las moniciones a las lecturas..
• Resaltar el acto Penitencial. Hacerlo más expresivo. Que sea una  auténtica confesión  de nuestro ser pecador y de la misericordia de   Dios Padre por medio de Cristo, el Señor.
• La Homilía debe ser muy sencilla (aunque profunda) y clara. No empleando palabras que la gente no entiende (sobre todo los niños).

Dar posibilidad (tal vez no siempre) a que sea compartida de alguna forma.

• Algunas peticiones preparadas, y el resto espontáneas.
• Comunión bajo las dos especies, del modo más fácil.
• Después de la Comunión, dejar un breve espacio para que se puedan hacer acciones de gracias.
• Despedida amable
• Después de la Eucaristía, posibilidad y conveniencia de hablar con la gente.
• ¿No sería bueno que algún adulto (niños en su caso) acompañase al sacerdote en la sede y ejerciera de acólito?
• Posibilidad de que los fieles participen más en la Plegaria Eucarística. Con algunas oraciones en común con el sacerdote, o algunas respuestas (estilo alguna Misa con niños)

NOTA: 1.- No se trata de cambiar muchas cosas, sino de crear un nuevo  estilo, algo más creativo, participativo y acogedor.

              2.- No improvisar sobre la marcha. Preparar previamente, muy bien, cada Eucaristía.

              3.- Introducir este estilo poco a poco, para que no choque demasiado. Y explicar, previamente, a los fieles, las razones que hay para hacerlo.

                                                                                              Félix González ss.cc.

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