Un obispo atípico (Pedro Casaldáliga)
Desgraciadamente no es normal, ni corriente, que un obispo te entusiasme. No lo es. Pero como toda regla tiene sus excepciones por definición, también en el caso de los Obispos hay excepciones. Gracias a Dios podríamos citar varios, pero me voy a quedar solamente con uno: Pedro Casaldáliga, español, obispo dimisionario (por edad) de una zona muy extensa de campesinos, en Brasil. No voy a hacer su biografía porque no es mi objetivo en este post, ni lo creo necesario por ser suficientemente conocida. Baste decir, como anécdota ilustrativa de su talante y sentido de la realidad, que entró en su diócesis con un sombrero de paja como mitra, y un bastón como báculo (sombrero y bastón que usaban los campesinos del lugar).
Además de ser un obispo admirable y admirado, es un gran poeta. En uno de sus versos escribía:
Yo, pecador y obispo, me confieso / de soñar con la Iglesia,
de creer en la Iglesia, / a pesar de la Iglesia, algunas veces;
de creer en el Reino, en todo caso / -caminando en Iglesia-.
Y escribe, también:
Con un callo por anillo, / monseñor cortaba arroz.
¿Monseñor martillo y hoz?
Me llamarán subversivo./ Y yo les diré: lo soy,
Por mi pueblo en lucha vivo / con mi pueblo en marcha voy.
Tengo fe de guerrillero / y amor de revolución.
Y entre Evangelio y canción / sufro y digo lo que quiero.
Y todo eso no es mera poesía. Esa poesía refleja la realidad, y el dolor que llevaba en el alma por aquellas gentes y aquellos pueblos campesinos, a los que se entregó por completo, porque eran los verdaderos pobres explotados por los poderosos.
Su manera de actuar, su manera de expresarse, su manera de querer a la gente, no es la normal de los obispos. ¿Verdad que no? Por algo estaba amenazado de muerte por los explotadores, y censurado y criticado por el Vaticano. Si tuviésemos muchos obispos de ese temple y sensibilidad, otro gallo cantaría a la Iglesia. ¡A que sí!
Félix González
Como oración en esta mañana no han podido ser más adecuados estos dos poemas de Casaldáliga.
“Con un callo por anillo…” este verso podría haber salido perfectamente de la boca de Jesús. Es el mismo Espíritu el que habla por su boca en ambos. Lo comprometedor es que por mi boca también podría expresarse y esto me concierne.
No podría comenzar de otro modo sino con un “Yo, pecador y (cualquier forma de seguidor), …/… “