No nos dejes caer en la tentación
Esta es una de las peticiones del “Padrenuestro”, que rezamos con tanta frecuencia. Y me atrevo a decir, tal vez por experiencia propia, que no le damos todo el alcance que puede tener. Las tentaciones son, o pueden ser, muchas, y de todos los colores. Estamos tentados a creernos superiores a los demás en muchas cosas, o mejores; estamos tentados a no cumplir lo que es justo, sino lo que nos apetece; estamos tentados a poseer más y más de lo que sea, dando más valor a las cosas materiales que a las espirituales; estamos tentados continuamente de una forma u otra. Por eso le pedimos al Señor, que ”no nos deje caer en la tentación”, y que “nos libre del mal”, porque caer en la tentación es un mal, siempre para uno mismo, y con frecuencia para otros.
Y aunque es verdad que hay tantas tentaciones en la vida, quiero fijarme hoy en una, especialmente. Acabo de leer en el Evangelio, según san Mateo, las palabras de Jesús:”Misericordia quiero, y no sacrificios”. El deseo de Jesús, lo que Dios quiere de nosotros, es que seamos misericordiosos, como Él es misericordioso. Pasó el tiempo de los sacrificios expiatorios para aplacar al dios todopoderoso; pasó el Antiguo Testamento; ha llegado la Nueva Alianza, sellada con el único sacrificio válido y redentor: el de Cristo Jesús en la cruz y en su resurrección. Se ha iniciado la nueva etapa de la misericordia y el perdón. Decía que una de las grandes y peores tentaciones, es la de “no ser misericordioso” (comprensivo, perdonador, cercano, caritativo…). Y esa misericordia debe ejercerse tanto a nivel personal, como a nivel institucional. Dice Jesús: “Sed santos, como el Padre lo es”.
Entiendo que eso implica ser misericordioso, para parecernos un poco a Dios. La Iglesia debe ser la primera en dar ejemplo de esa misericordia, si quiere reflejar a Jesús. La dureza, la intolerancia, las incomprensiones, la no escucha, el autoritarismo, son cosas que nada tienen que ver con el Reino de Dios. Y tanto cada cristiano individual y comunitariamente, como el conjunto de la Iglesia, deben procurar ese Reino. Esa es su misión fundamental; en eso consiste evangelizar, en llevar la “nueva noticia” del Reino. Aprendamos a ser misericordiosos, y pidamos a Dios que “no nos deje caer en la tentación” de ser inmisericordes.
Félix González
¿Y qué nos dices de la tentación de no hacer oración, o de la de no confíar y de la que impide el paso a la fraternidad: la tentación de no perdonar?
¡Mira que tenemos faena!
Misericordia ,pido para no caer en la tentación de creer que lo el meda es mio ,
misericordia pido Señor para no pensar que esta vida es lo untimo ,
misericordia pido para poder perdonar y olvidar todo mal ,
Misericordia pido para
no caer en la tentación de afligirnos ,y seamos capases de degarlo todo en sus manos .
Gracias Felix por esta refleción tan buena . Un abrazo .
Misericordia ,pido para no caer en la tentación de creer que lo ELmeda es mio ,
misericordia pido Señor para no pensar que esta vida es lo untimo ,
misericordia pido para poder perdonar y olvidar todo mal ,
Misericordia pido para
no caer en la tentación de afligirnos ,y seamos capases de degarlo todo en sus manos .
Gracias Felix por esta refleción tan buena . Un abrazo .
Susana: la tentación aparece por todas partes. Por eso es necesario “estar despiertos”; y por eso pedimos en el Padrenuestro que “no nos deje caer en la tentación”
Gracias a tí Manuela, por tu apunte tan acertado y sentido como siempre.
Por eso es necesario http://123boardgames.net/board-games-arena.html
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