Corazones en red

(“Esto os mando: que os améis”)

Este domingo VI de Pascua es una de las dos fechas en que se celebra (a elección) el ”día del enfermo”. Día importante por lo que significa de acercamiento a las personas sufrientes. Existe una antigua costumbre de que el Sexto Domingo de Pascua se dedique a la atención de los enfermos y serán muchas las parroquias que convoquen liturgias para administrar especialmente el sacramento de la Unción de los Enfermos.

Desde hace unos años, el anterior Papa, Juan Pablo II, estableció que la Jornada del Enfermo a nivel mundial, fuese en la Festividad de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero. Las dos fiestas siguen conviviendo. Yo estoy más a favor del Domingo VI de Pascual que cae ya más adelantado en el calendario y el tiempo es mejor, para que los enfermos (los que puedan), y las personas mayores, puedan trasladarse a la parroquia, si se hace la celebración comunitaria del sacramento de la Unción de los enfermos.

El día del enfermo es una ocasión buena para pensar en ellos, para rezar por ellos de modo especial; y si se puede, para visitar a algunos.

El enfermo, es una persona que ha visto disminuir sus fuerzas, debido a que su salud se ha deteriorado. Necesitan un cuidado especial un cariño mayor, y mucha comprensión.

Jesús tuvo una especial atención a los enfermos. El evangelio nos cuenta la cantidad de veces que Jesús se acerca a ellos, con amor, con delicadeza: leprosos, paralíticos, ciegos, cojos, mudos. Es una prueba de que el Reino de Dios ha llegado.

Cuando los discípulos de Juan Bautista van donde Jesús a preguntarle si es él el Mesías que esperaban, les da esta contestación:”Id y decidle a Juan lo que habéis visto y oído: “los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios”…

La compasión y la misericordia son signos claros del Reino de Dios, que comienza con Jesús, y que nosotros debemos continuar. Y a los apóstoles les dice que vayan por el mundo sanando. Sanar a un enfermo no es sólo devolverle la salud corporal, cosa que pertenece a la medicina; es también, devolverle el ánimo, que se sientan queridos y valorados, alegrarles un poco la vida, que sientan el cariño de los demás. Es también es sanar. Y eso nos corresponde a nosotros. Hay enfermedades para las cuales ya no hay remedios medicinales; pero siempre se les puede ayudar a llevar esos años, días o momentos duros de la enfermedad, dándoles consuelo, llevando amistad y comprensión. Que no se sientan solos o como cargas para la familia o la sociedad. Si un enfermo está bien atendido, se siente persona valorada, y siente la cercanía de los demás, mejora su espíritu, renacen los ánimos, y la enfermedad es más llevadera.

Por eso el día del enfermo nos quiere recordar todas esas cosas, que son puro evangelio. Seguir a Jesús, es, también, estar cerca del enfermo como lo estuvo él.

Por otra parte, tarde o temprano, todos pasaremos, de una manera u otra, por la experiencia de la enfermedad. Y nos gustaría que otros nos ayudasen a llevarla lo mejor posible. Tengamos, pues, una oración por ellos, de una manera especial, en este día que la Iglesia nos lo recuerda.

                                                                                                     Félix González

Tags: Félix G.L., Evangelio // 2 Comments »