Corazones en red

Así, no. No sólo en la forma, pero ni siquiera en el fondo, como aplaudía el Sr.Valderas. Ni en la forma ni en el fondo. Hay cosas que no son aceptables en una sociedad democrática. El robo en los grandes almacenes, que tanto ha dado que hablar en estos días atrás, no pasa de ser un golpe de efecto al que nos tiene tan acostumbrados el Sr. Gordillo. Seguro que ha tenido quien jalee y felicite al ya famoso alcalde de Marinaleda, por sus excentricidades. Pero lo que no es de recibo, no lo es.

Es muy plausible (y obligado) ayudar a los pobres o necesitados. ¿Cómo no? Pero no se trata de ayudar con lo ajeno. Es obligación, sobre todo en esta situación de crisis, compartir con el que carece de lo necesario. Claro que sí. Pero compartir de lo propio, no de lo ajeno.

El Sr. Llamazares, abogado de causas perdidas, se ha puesto de parte de su compañero de partido, y ha alabado su acción. ¿Cómo no? Pero, Sr. Llamazares, usted tiene un sueldo alto, y un buen pellizco, a buen recaudo, en el Banco. Eso es sabido. ¿Por qué no dispone de ello para ayudar a los “campesinos” parados? Si lo hace, puede incluso publicarlo, aunque no cumpla con aquello de que la mano derecha no se entere de lo que hace la izquierda.

En una sociedad democrática y ordenada jurídicamente, no es de recibo tomarse la justicia por su mano. Voy a concederle al Sr.Gordillo, el que lo haya hecho con la mejor intención del mundo, para ayudar a los necesitados. Concedido. Pero la buena voluntad no excusa para cometer un delito. ¿Qué pasaría si ahora todos se dedicasen a robar en los grandes almacenes? Sería un auténtico pillaje, rompiendo todas las normas de la convivencia pacífica.

De todos los modos, este hecho cuasi-insólito por provenir de un diputado, tiene la virtud, de recordar a los que no sufren gravemente la crisis, que hay muchas personas, muchas familias, que necesitan ayuda con urgencia. Pero por el camino del compartir de lo poco o mucho que uno tiene (no de lo que tienen los demás).

Yo comprendo que esta terrible etapa que estamos viviendo todos, pero de manera muy especial los más débiles, los parados, está produciendo una situación de nerviosismo, de falta de paz, que lleva a realizar acciones no siempre acertadas, ni siempre beneficiosas. Pero todavía falta mucha solidaridad, que podría aminorar los efectos destructores que provocan tanto sufrimiento. No cabe duda de que  se han multiplicado los voluntarios en las organizaciones de Caritas, Cruz Roja, Asociaciones vecinales, etc… Pero queda mucho por hacer a otros niveles. Cada uno tiene una oportunidad de ser y sentirse solidario en la medida de sus posibilidades.

Félix González

Tags: Félix G.L., Reflexiones // Add Comment »