“Vi una muchedumbre enorme que nadie podía contar”…
(Ap. 7, 9)
Así dice el libro del Apocalipsis: “…eran ciento cuarenta y cuatro mil, procedentes de todas las tribus…Después de esto, vi una muchedumbre enorme “…
Al leer esta mañana este texto del Apocalipsis, me ha venido al recuerdo, lo que contemplo desde mi ventana, a las puertas de Caritas. No son 144.000, pero si esa misma cifra, si le quitamos los ceros (144 aproximadamente). No es tampoco una muchedumbre enorme, pero sí que son demasiadas personas, con sus carritos y sus bolsas, para recibir algo que les ayude, mal que bien, a pasar el mes.
Gente relativamente joven, madres y padres de familia, ancianos. Personas que toda la vida han necesitado ayuda, y personas que no la han necesitado nunca, pero ahora sí. Los pobres de siempre, y los nuevos pobres, hijos de la actual crisis.
Y la parroquia (caritas) se las ve y se las desea para paliar, hasta donde puede, tantas necesidades. Independientemente de eso, cada día llaman a la puerta de nuestra casa parroquial, personas demandando que se les pague la luz, la casa, el butano, las medicinas, etc.
Y uno se encuentra impotente para atender a tanta demanda. Y se te queda el alma rota, por no poder hacer el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, o simplemente la multiplicación del dinero. ¡Cuántos “no podemos”, cuando nuestro deseo sería solucionar tantísimos problemas.
Uno se pregunta, muchas veces, de qué pueden vivir algunas familias, con niños y ancianos en casa, y todos sin trabajo. Y se pregunta, también: ¿cómo puede haber un mundo tan injusto?
Sabemos que hay medios suficientes en el mundo, para que todos podamos vivir dignamente; sabemos, también, que el mundo está mal repartido por exceso de egoísmo; sabemos que hay grandes y medianas fortunas, que podrían rebajar, si no arreglar totalmente, el sufrimiento. Y uno vuelve a preguntarse: ¿será verdad lo que un ilustre sociólogo decía: el “hombre es un lobo para el hombre”?.
Junto a personas que tratan de ser solidarias, hay muchos que jamás han escuchado las palabras bíblicas de Dios a Caín: ¿dónde está tu hermano?
Félix González
Yo sí he visto una muchedumbre inmensa: los refugiados de Siria
Realmente es una multitud, que como dice el Apocalipsis:”vienen de la gran tribulación”
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