Corazones en red

Mi habitación (lugar de trabajo  y dormitorio), con su amplio ventanal, es una especie de atalaya, desde donde puedo observar cuanto discurre en el patio de la parroquia. Hoy es sábado, y como todos los del año, hay “juego de niños”. Es el primer día del nuevo curso. Una bandada de niños del barrio se ha ido acercando para disfrutar durante dos horas. No menos de quince monitores les esperaban.omo las edades son muy diversas, han optado por hacer un subgrupo con los más pequeñines (de tres a cinco años aproximadamente). Mientras los más mayorcitos se entretenían con proyecciones y juegos apropiados, en lugares y locales distintos, los peques (atendidos por varios monitores) lo hacían en el patio.

Me ha llamado la atención, el cariño, la delicadeza y la entrega de los monitores con los peques, haciéndoles disfrutar con juegos apropiados a su edad. Se diría que se habían dedicado toda la vida a niños de esa edad (los monitores están entre los 17 y 20 años). Se hacían niños con los niños, con una facilidad y acierto, que no ha podido menos de llamarme la atención.

Y he recordado las palabras de Jesús:”Si no os hicierais como niños, no entrareis en el reino de Dios”. Y aquellas otras:”Quien acoge a un niño en mi nombre, a mí me acoge”.

A los mayores, a veces, nos puede resultar difícil hacernos como niños. Somos demasiado importantes, para rebajarnos a esa edad. Sin embargo, hay unos mayores que lo hacen con toda naturalidad; me refiero a los abuelos, respecto a sus nietecitos. Cómo juegan con ellos, se ponen a su altura (mejor dicho se abajan a su altura), se tiran por el suelo, balbucean las palabras, muestran su alegría… se hacen niños con los niños. Y, al mismo tiempo que los niños disfrutan, disfrutan, también, los abuelos (hombres y mujeres, hechos y derechos, con una buena carga de años). ¡Admirable! Por algo algunos niños hacen más con los abuelos que con los padres.

Hace tiempo leí una de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, que decía así:”El que más tardes de circo tenga en su haber, entrará el primero en el Reino de los cielos”.

Y hay otra greguería (esta no es del mismo autor), que va en el mismo sentido:“Ahora sé que estás aquí, Señor, porque el circo ha llegado a la ciudad”.

Creo que son deducciones (acertadas y con humor) de las palabras de Jesús:”Si no os hicierais como niños, no entrareis en el Reno de los Cielos”.

Esta mañana, he recordado esta lección al contemplar cómo los monitores se hacían niños con los niños. ¡Gracias!

                                                                                                       Félix González

Tags: Félix G.L., Reflexiones // Add Comment »