Año Viejo – Año Nuevo
Lo de “viejo” siempre ha sonado mal. Como algo que ya no sirve, pasado de moda o de tiempo, muchos años. Las cosas viejas se tiran a la basura sin remordimiento, aunque con nostalgia. Las personas viejas ya no cuentan, ni en la familia, ni en la sociedad.
Por el contrario, los “nuevo” es lo exitoso, lo de moda, lo que priva, lo que luce. A veces, desgraciadamente, sólo por ser nuevo.
No vamos a caer en la tentación de decir, como Jorge Manrique, que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. No, Pero tampoco diremos que lo nuevo es siempre lo mejor
Estamos a punto de despedir al año (año viejo 2013), en el que habrá habido de todo: bueno, malo, regular. Y comenzaremos, D.m, un Nuevo Año.
¿Qué nos deparará? Día a día se irá haciendo viejo, también, hasta llegar al siguiente 31 de diciembre de 2014.
Tal vez pensemos lo mismo que este año; o tal vez, no. Dentro de 365 día lo veremos.
Lo importante, no obstante, es no dejarnos arrastrar por la rutina, sin domesticar los días y los meses. Debemos dejas que surja la sorpresa, y no la pongamos cortapisas ni vallas.
Vivamos el presente, que sí es nuevo cada día; prepararemos el futuro con ilusión; y no olvidemos el pasado, que, como la historia, es maestro de sabiduría, y de experiencia probada.
A todos los amigos de este Blog, os deseo un nuevo año mejor, en todos los sentidos. Que el nuevo año os aporte felicidad. Y, sobre todo, que en esos nuevos 365 días, vuestra casa esté siempre disponible para el NUEVO HUESPED que nació en Belén. Recordemos aquella letra de una de las canciones de la preciosa obra de teatro: GOSPEL:
“Un nuevo sitio disponed, para un Amigo más.
Un poquitín que os estrechéis, y se podrá sentar”…
Félix González
No es precisamente lo nuevo lo que nos fascina es, a la apariencia de novedad, a la que nos rendimos. Los ejemplos son sabidos como en el caso de la moda, las novedades en las formas de divertirse o de ser original.
Lo nuevo, con mayúscula, es lo que surge cuando se han desalojado las rutinas que nos afianzan. Lo que se aprecia si detenemos el juicio o el prejuicio; si silenciamos nuestra monserga mental que da argumentos al miedo a estar equivocados; etc.
Feliz año nuevo, entonces. Feliz y valiente año nuevo.