Se hace imprescindible
Diré desde el principio que me estoy refiriendo a CARITAS, si entendemos bien lo que esta palabra significa. No me refiero a su traducción al castellano, aunque es posible que alguno ignore que significa CARIDAD.
Me refiero más bien a su contenido. ¿Qué es Caritas? Es el ejercicio organizado de la caridad, de la comunidad cristiana.
No es una institución más, o un apostolado o ministerio más de una parroquia. No. Una Caritas parroquial la forman todos los miembros de esa parroquia, que tienen como primera obligación, y como primer apostolado, el de la caridad para con aquellos que más necesitan su ayuda, la solidaridad con los más pobres.
No debemos confundir el todo por la parte. Es decir, no debemos pensar que Caritas es el grupito, más o menos amplio, de personas que dedican tiempo para atender a los necesitados. Tampoco debemos pensar que Caritas se reduce a dar alimentos, pagar la luz, el agua o el alquiler de la casa.
Las necesidades de las personas y de las familias son más amplias, aunque las citadas sean más urgentes.
Caritas debe atender, con mayor inmediatez, lo más urgente, pero sin olvidar lo más importante. Comer, vestir, etc, es urgente; pero recobrar la dignidad perdida, que se cumpla la justicia, la promoción de las personas, es mucho más importante.
Por eso la labor de Caritas es muy amplia y muy hermosa. La caridad llega a todas las necesidades de la persona.
De todo lo dicho, se deduce la importancia que tiene este ministerio de la caridad en la Iglesia, en la diócesis, en la parroquia. Todo lo demás que se puede hacer no cobra ningún sentido, si falta esto. No olvidemos la conocida carta de Pablo a los Corintios, donde se va repitiendo el estribillo: “si no tengo caridad, no soy nada”.
No se puede evangelizar, si la caridad no está presente. La enseñanza principal del evangelio es el “amaos unos a otros, como yo os he amado”, o “el que dice que ama a Dios y no ama a su hermano, es un mentiroso”.
Félix González López
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