Erase un hombre a un whatssapp pegado
Con este título, apareció, el martes pasado, en el Diario de Cádiz, un articulito, firmado por J.M.Andrades, de Puerto Real, que vale la pena leerlo porque responde a una realidad, se está de acuerdo o no con su valoración.
Como yo escribí, no hace mucho, un post sobre el uso y abuso del móvil, quiero ofrecer estas letras ajenas que completan y refuerzan mis ideas sobre el aparatito más usado en todo el mundo civilizado y técnico.
Lo trascribo y ofrezco:
“….Una de las figuras más importantes del Siglo de oro Español, Francisco de Quevedo, escribió su soneto satírico: <Erase un hombre a una nariz pegado>. Lo mismo podía haber dicho de una mujer.
De haber vivido en estos tiempos no hubiese faltado su obra satírica al sistema actual de mensajes Whatsapp: <Erase un hombre (o una mujer) a un Whatsapp pegado>.
Es llamativo ver en los círculos juveniles, principalmente, en bares, reuniones, comidas familiares, en los trenes, por las calles, cómo van las gentes tropezando cuando van escribiendo en el teclado de su móvil, esos mensajes para comunicar noticias de vital importancia: “ya estoy llegando”, “voy por la calle San Anacleto”, el agua de la playa está fresquita”, “estoy entrando en la peluquería, “cambiamos de clase”, “he tropezado con una farola”… ¡El día que Albert Einstein temía, ha llegado ya! Solía decir el científico: <Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo tendrá una generación de idiotas>”.
Un poco fuerte sí que es, pero tiene mucho de verdad. La tecnología es muy buena y cada vez más necesaria. Pero el abuso de la misma, como todo abuso, es pernicioso.
Qué sabia aquella frase de que “en el medio está la virtud”. Aunque no lo he experimentado todavía personalmente, sé que acaban de poner, en los trenes, algunos vagones que llaman “silenciosos”, porque en ellos se prohíbe totalmente hablar por el móvil, y otros ruidos innecesarios. Demasiado ruido. Seguro que tienen éxito. Hay falta de silencio interior y exterior. Demasiada palabra innecesaria. Yo creo que las personas se encuentran cada vez más solas, y por eso necesitan hablarse, aunque solo sea para decir tonterías.
Félix González
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