Domingo V del Tiempo Ordinario
(Curó a muchos enfermos de diversos males)
Según aparece en el evangelio, y hoy tenemos una muestra bien concreta, Jesús actúa como un “curandero”, en el sentido mejor y más propio de la palabra. Solemos tener una mala imagen de los llamados “curanderos”, que se valen de ciertos artilugios para aparentar que curan ciertas enfermedades; aunque hay que reconocer, que hay personas que tienen un don especial y lo emplean en ayudar a personas que pasan por momentos difíciles en su salud, inclusive, después de haber visitado a profesionales de la medicina.
Hablando de Jesús diríamos que lo suyo era “sanar·, más que curar. Es decir, procurar que las personas tuvieran la mejor calidad de vida posible. Cuando en el evangelio se habla de que Jesús curó a este enfermo o aquel, no siempre se refiere a enfermedades del cuerpo; lo mismo que cuando habla de endemoniados. Hay mucha gente que necesita ser sanada, sin que tenga enfermedades físicas. Personas que viven muy solas; personas con depresiones; personas marginadas en la sociedad; personas tristes por algunas circunstancias o acontecimientos desagradables; personas angustiadas por falta de medios económicos para subsistir o para sacar adelante a su familia. Y tantas y tantas cosas como nos puede hacer sufrir.
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