Corazones en red

Hace un tiempo que “nos amenazaron” con una próxima campaña electoral. Y ya ha llegado. Y no ha llegado como dice el poeta, Antonio Machado, hablando de la primavera: “La primavera ha venido / nadie sabe cómo ha sido”.

La campaña electoral ha empezado, con el entusiasmo de algunos, el disgusto de muchos, y la indiferencia de la mayoría. Sale ganando la TV. que no tiene que preocuparse por tener que llenar el día (y la noche), porque los espacios de las elecciones se lo ponen más fácil. El tostón es para los televidentes que tienen que soportar las soflamas de los entusiastas candidatos, que deben creer que todo el mundo se muere por escucharlos (y salvo raras excepciones, no es así). Todos sabemos ya lo que cada uno va a decir. Hace mucho tiempo que lo vienen diciendo.

Por otra parte, es insufrible, la cantidad de tópicos que se usan, que suenan a repetitivos. También te desmotiva el oír promesas que ellos mismos saben que no se van a cumplir; y no siempre por falta de voluntad, sino por otras razones que lo hacen casi imposible, y ciertamente improbable.

Otra cosa que me desmotiva es oírles decir y hablar contra otros elegibles. O también, hablar de lo que han hecho o deja do de hacer.

Lo que a los electores nos importa, para poder votar con conocimiento de causa, es saber que piensan hacer en las distintas materias de gobierno, y qué garantía ofrecen para su realización. No nos importa tanto lo que otros no han hecho, sino lo que cada uno quiere y puede hacer.

Los discursos, mítines y careos, no sirven para nada, si no ayudan al elector a ejercer su voto con conocimiento de causa y responsabilidad. Y no, solo, por las siglas.

Tampoco es elegante el descalificarse unos a otros porque son “de derechas” o “de izquierdas”. Y, por último, me parece infantil ese “y tú más”, que tan frecuentemente se usa. Seamos serios, veraces y claros. Sólo así puede servir para algo la campaña electoral.

Félix González

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