Corazones en red

(Yo soy el Buen Pastor)

Hoy nos presenta el evangelio a Jesús como la imagen del “buen pastor”. Es el mismo Jesús quien se atribuye ese nomnre: “Yo soy el Buen Pastor”. Hoy día, la figura del pastor pasa más despercibida. La mayoría de la gente vive en las grandes ciudades, y los pastores suelen estar en los pueblos. Por eso hay muchos niños que no han visto nunca un pastor o un rebaño de ovejas o cabras con su pastor; a no ser en la tele.

Pero en tiempos de Jesús, era muy familiar la figura del pastor. Por eso Jesús lo emplea, porque sabe que la gente lo entiende. Hay que decir, que dentro de los pastores existen los que quieren a sus ovejas, las cuidan con esmero, las defienden de los peligros, las buscan si se pierden, etc; y hay, tambien, pastores asalariados, a quienes no les importan las ovejas. Por eso Jesús dice: “Yo soy el buen pastor, que conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí.”

A veces algunas ovejas, y sobre todo las cabras, se pierden, con gran peligro de ser atropelladas, comidas por los lobos, o corren otros peligros. Si es un buen pastor las busca hasta encontrarlas y llevarlas con las otras a lugar seguro.

Las ovejas somos nosotros, que a veces nos separamos del pastor, buscando otros pastos. Pero él nos busca. Para ello se vale de muchos medios: personas, lecturas, buenos ejemplos, inspiraciones, etc.

Dice Jesús: “tengo otras ovejas, que no son de este redil, y también quiero atraerlas, y formar un solo rebaño, bajo el mismo pastor”. Hay muchos que todavía no conocen a Jesús, o no quieren seguirle. Y eso debe preocuparnos, como le preocupa a él. Y debemos rezar para que llegue a formarse ese solo rebaño que desea Jesús, el pastor.

Conocemos todos esa bella imagen, que representa a Jesús llevando sobre sus hombros una oveja herida.Jesús cura las heridas que nos ocasiona la vida, cuando nos apartamos de su camino, cuando no pisamos seguimos sus pasos, cuando creemos que no lo necesitamos.

Pidamos, hoy, por todas las ovejas descarriadas, que están fuera del redil de Jesús. Que vuelvan al único que les puede proporcionar la felicidad.

Félix González

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