“Confundir la velocidad con el tocino”

¡Qué pena que haya gente, incluso letrados, que no sepan distinguir ciertas cosas, y que sean tan cerrados de mente, o tan retorcidos de espíritu, que empeñen sus fuerzas en sinrazones. ¿No tendrán nada que hacer? Que se diviertan jugando al golf, o a la petanca.