La homilía de Paco

“Manos unidas…”

parroquia guadalupe altarQuiero hoy compartir con vosotros la homilía que Paco hizo el Domingo en que  teníamos presente la campaña de manos unidas… no tiene desperdicio. A mí me gusta ir y escucharle,  en esta le copié toda la primera parte y hoy la tendré presente para una mesa redonda donde voy  en nombre del departamento de Doctrina social de la Iglesia.  Se la he pedido para hacerla llegar a todos vosotros.

 MANOS UNIDAS

manos_unidasNo hace mucho tiempo se nos informaba de la lista de las 20 personas más ricas del mundo. En el número uno se encuentra el magnate mejicano, Carlos Slim, que posee una fortuna de 73 billones de dólares; en segundo lugar, Bill Gates de Microsoft sigue ocupando el puesto con 67 billones. La gran sorpresa de la lista Forbes este año, es el billonario español dueño de las tiendas Zara, Amancio Ortega, con unas ganancias de 19.5 billones se encuentra en el puesto 3º, con un patrimonio neto de 57 billones. Se supone que en estos años de crisis las fortunas de estas personas habrían descendido, pues no.  En estos años de crisis económica, las 300 personas más ricas del mundo añadieron durante 2013 un total de 524.000 millones de dólares a sus fortunas. En España los 100 españoles más ricos de la lista ‘Forbes’, suman un patrimonio de 158.500 millones de euros.

campesinos-300x225Junto a estas cifras se encuentra las del polo opuesto: cerca de mil millones de personas que sufren severamente de hambre. La mayoría de los 1.000 millones de personas amenazadas por el hambre vive en una situación de pobreza extrema, es decir, con menos de un dólar al día: con esto no pueden acceder a los alimentos disponibles en el mercado ni a recursos productivos como tierra y agua. Disponer de agua segura suficiente, asequible y accesible es un requisito imprescindible para satisfacer el derecho a la alimentación: tanto para el consumo como para la producción de alimentos. Asimismo, la falta de saneamiento adecuado es origen de enfermedades que afectan a la productividad de las familias y representan un coste adicional para sus ya debilitadas economías. Sin embargo, una de cada cuatro personas en todo el mundo (1.400 millones) no disponen de acceso a agua potable y una de cada tres (2.600 millones) no tiene acceso a un saneamiento adecuado.

el-papa-francisco-iHemos creado un mundo con desigualdades bestiales. Parafraseando al Papa: “esto es una vergüenza”. El destino universal de los bienes, querido por Dios, lo hemos ido destruyendo desde la ambición, el poder, la explotación y la injusticia. En este contexto podemos entender las palabras del Papa Francisco: “no a una economía de muerte, no a una economía de la exclusión y la inequidad. No a una economía que mata. Dice él: “no puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad” (EG 53).

cruz parroquial6¿Qué ha ocurrido en este mundo cuando el proyecto de fraternidad de Dios lo hemos destrozado?, ¿qué estamos haciendo cuando no nos indignamos ni llegamos a dejarnos afectar por estas situaciones? El Papa sigue diciendo: “casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajea que no nos incumbe” (EG 54). Es verdad que en ocasiones comentamos lo mal que está el mundo, la corrupción que existe, la pobreza que invade a nuestra mundo; pero ¿vamos más allá de los comentarios que realizamos entre un grupo de amigos, o de las tertulias que escuchamos en los medios de comunicación?, ¿nos planteamos si nuestro estilo de vida puede cambiar, si ciertos hábitos propio del Estado de bienestar podemos modificarlos, para poder compartir con otros? ¿Nos planteamos si podemos prescindir de algo durante el mes, para compartir con los más pobres?, ¿vivimos siendo austeros o también albergamos en nuestro interior el deseo de tener más? Creo que todos estamos tocados interior y exteriormente por el pecado de la ambición. Y  a veces, si no tenemos más es porque no podemos, no porque hayamos hecho una opción por no tener más. ¿Qué hacer?

Isaías nos indica el camino a seguir: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo y no te cierres a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como aurora”.

El justo ha de brillar en las tinieblas de un mundo desigual e injusto como una luz. Ante la noche del hambre, la injusticia, el reparto desigual de los bienes, el paro, la pobreza, el justo con su testimonio de vida tiene que alumbrar un mundo nuevo. El Dios en el que cree ha de llevarle a situarse en el mundo desde la clave de la fraternidad, el amor y la justicia. Ha de sentirse indignado ante el dolor, la exclusión y la muerte de tantos seres inocentes, y lleno de compasión ha de comprometerse, para hacer, como dice el slogan de la Campaña de Manos Unidas, “Un mundo nuevo. Proyecto común”.

centro hermano1Lo hemos escuchado en el evangelio, los cristianos estamos llamados a ser sal y luz en este mundo. La sal y la luz se palpan. Por tanto, la metáfora de la sal nos invita a que se “note” nuestra presencia, allí donde pisamos, donde hablamos, donde actuamos.  El Señor nos descubre el camino para que la sal no se desvirtúe: “que la gente vea vuestras buenas obras, para que así descubran la silueta del Padre”.

Y el primer paso, que se nos pide es sabernos poner en el lugar del otro. Pensemos un poco. Imaginemos que salgo de la misa y al llegar a casa me encuentro que no tengo nada para comer, mi frigorífico está vacío. ¿Cómo le voy a dar de comer a mis tres niños?, ¿me voy al comedor de las hermanas? No tengo dinero, ni sé dónde acudir. Me da vergüenza de acercarme a los vecinos a decirle mi situación, pero no tendré más remedio que hacerlo. Llega la noche y me encuentro en las mismas condiciones. Más aún, voy a darle a la luz y me percato que me la han cortado, porque llevo tres meses sin pagar el recibo. Sólo me queda echarme una manta por encima, quedarme en casa con una vela encendida o salir a la calle, aunque haga frío, para olvidar mi situación. Por la mañana, sólo puedo ducharme con agua fría, y sólo escucho a mis niños decir: “tengo hambre”.

Parece crudo el relato, pero os puedo asegurar que es el de miles de familias en España, y por supuesto en nuestra región. Quizás alguien viva así en la cercanía de tu piso. Pero esta situación no tiene nada que ver si nos trasladamos al tercer mundo. Cuando vemos las imágenes de los niños desnutrido se nos mueve el corazón, pero al poco tiempo, seguimos nuestra vida “hasta la próxima”.

IMG_2145No es mi deseo amargaros el día, pero sí llamar a nuestras conciencias, para que nos planteemos en serio nuestras vidas y nuestro quehacer en el mundo. Hay que pasar de las palabras a la acción, pero comenzando por nosotros mismos. Porque todos creemos que todo esto se resuelve si los políticos cambian y llevan a cabo otro tipo de política. Y es verdad que han de cambiar y buscar una política económica que busque un desarrollo integral para todos los hombres, pero también nosotros los ciudadanos tenemos que cambiar. A veces nuestra solidaridad es puramente corporativista, para buscar sacar más tajada para nuestro colectivo, olvidándonos de los más pobres y excluidos. Ahora los que no estamos tan afectados por la crisis tenemos que pensar en tener menos, para que los que no tienen puedan acceder a los mínimos necesarios para poder vivir dignamente. “Vive sencillamente, para que otros sencillamente puedan vivir”.

pan partidoSer luz y sal compartiendo dinero, trabajo, tiempo, talentos, etc. La tarea no es fácil, pero el convencimiento ha de ser pleno. Alguien nos decía que los cristianos estamos en el mundo para hacer presente al Señor, para ser sus manos y sus pies, para acariciar y bendecir en su nombre.

Compartamos en esta Campaña de Manos Unidas.

Francisco Maya Maya  Sacerdote Badajoz.

One Response to “La homilía de Paco”

  1. La paz y la prosperidad son bienes que pertenecen a todo el genero humano, de manera que no es posible gozar de ellos correcta y duraderamente si son obtenidos y mantenidos en perjuicio de otros pueblos y naciones violando sus derechos y excluyendo de las fuentes del bienestar.
    Serà necesario un esfuerzo extraordinario para movilizar los recursos, de los que el mundo en su conjunto no carece, hacia objetivos de crecimiento econòmico y de desarrollo comùn, fijando de nuevo las prioridades y escala de valoressobre cuya base se deciden las opciones econòmicas y politicas.